BADEN
«Si la comida de Baden fuese
tradicionalmente pobre y escasa, los hoteleros podrían ahorrar dos tercios de
sus gastos y tener igualmente llenos sus establecimientos, porque la gente no
viene aquí por la comida, sino obligada por las contracciones de su nervio
ciático. Pero supongamos, a título de prueba, que en Baden se viviera de modo
racional, luchando contra el ácido úrico y la esclerosis no sólo con baños,
sino también con abstinencia y ayunos; ¿cuál sería la probable consecuencia?
Los bañistas recobrarían la salud, y al cabo de poco tiempo no quedaría en el
país ningún caso de ciática, la cual, como todas las formas de la naturaleza,
tiene derecho a existir y a durar. Los baños serían superfluos y los hoteles
tendrían que desaparecer. E incluso aunque no se diera importancia a este
último perjuicio o pudiera convertirse en ventaja, la falta de gota y ciática
en el plano mundial, el despilfarro de los magníficos manantiales no
significaría ninguna mejora para el mundo, sino todo lo contrario.»
Hermann Hesse.
En el balneario.
Editorial Bruguera.