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viernes, 19 de agosto de 2022

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE






NADIE QUE BOSTECE


«El juego por dinero es muy diferente de todas las demás diversiones del balneario. Aquí, junto al tapete verde, no se leen libros ni se entablan conversaciones superficiales ni se tejen calcetines como en los conciertos o en el jardín; tampoco hay nadie que bostece o se rasque el cuello. Aquí los reumáticos ni siquiera se sientan, se mantienen fatigosa y heroicamente en pie, sin miramientos para sus piernas que tanto cuidan en otras ocasiones. Aquí, en la sala de juego, no se hacen chistes ni se habla de enfermedades ni de Poincaré, tampoco se ríe, o casi nunca; la gente está seria y habla en susurros en torno a la mesa de juego, la voz del empleado suena ahogada y solemne, las monedas de plata tintinean con suavidad sobre el tapete, y sólo esto, este recogimiento y relativa discreción y dignidad, presta al juego desde mi punto de vista una incalculable ventaja sobre aquellas diversiones en las que la gente se muestra tan ruidosa, desaliñada e incontinente. En la sala de juego reina un ambiente serio de día festivo, y los huéspedes entran con algo de timidez, como en una iglesia, sólo se atreven a cuchichear y miran con respeto al caballero de frac. Y éste se comporta ejemplarmente, no como una persona, sino como el titular neutral de un cargo o una dignidad.»

Hermann Hesse.
En el balneario.
Editorial Bruguera.

jueves, 17 de diciembre de 2020

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE






EN LUGAR SAGRADO



«El juego por dinero es muy diferente de todas las demás diversiones del balneario. Aquí, junto al tapete verde, no se leen libros ni se entablan conversaciones superficiales ni se tejen calcetines como en los conciertos o en el jardín; tampoco hay nadie que bostece o se rasque el cuello. Aquí los reumáticos ni siquiera se sientan, se mantienen fatigosa y heroicamente en pie, sin miramientos para sus piernas que tanto cuidan en otras ocasiones. Aquí, en la sala de juego, no se hacen chistes ni se habla de enfermedades ni de Poincaré, tampoco se ríe, o casi nunca; la gente está seria y habla en susurros en torno a la mesa de juego, la voz del empleado suena ahogada y solemne, las monedas de plata tintinean con suavidad sobre el tapete, y sólo esto, este recogimiento y relativa discreción y dignidad, presta al juego desde mi punto de vista una incalculable ventaja sobre aquellas diversiones en las que la gente se muestra tan ruidosa, desaliñada e incontinente. En la sala de juego reina un ambiente serio de día festivo, y los huéspedes entran con algo de timidez, como en una iglesia, sólo se atreven a cuchichear y miran con respeto al caballero de frac. Y éste se comporta ejemplarmente, no como una persona, sino como el titular neutral de un cargo o una dignidad.»


Hermann Hesse.
En el balneario.
Editorial Bruguera

martes, 12 de marzo de 2019

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE






BADEN


«Si la comida de Baden fuese tradicionalmente pobre y escasa, los hoteleros podrían ahorrar dos tercios de sus gastos y tener igualmente llenos sus establecimientos, porque la gente no viene aquí por la comida, sino obligada por las contracciones de su nervio ciático. Pero supongamos, a título de prueba, que en Baden se viviera de modo racional, luchando contra el ácido úrico y la esclerosis no sólo con baños, sino también con abstinencia y ayunos; ¿cuál sería la probable consecuencia? Los bañistas recobrarían la salud, y al cabo de poco tiempo no quedaría en el país ningún caso de ciática, la cual, como todas las formas de la naturaleza, tiene derecho a existir y a durar. Los baños serían superfluos y los hoteles tendrían que desaparecer. E incluso aunque no se diera importancia a este último perjuicio o pudiera convertirse en ventaja, la falta de gota y ciática en el plano mundial, el despilfarro de los magníficos manantiales no significaría ninguna mejora para el mundo, sino todo lo contrario.»


Hermann Hesse.
En el balneario.
Editorial Bruguera.

domingo, 17 de septiembre de 2017

OBITER DICTUM





“Muchas veces me he preguntado por qué, en general, se escriben sobre literatura cosas tan peregrinas, tan improcedentes y desorientadoras. La respuesta es que la crítica no conoce, en general, el contenido de la creación literaria. Toda literatura que merezca este nombre no posee otro contenido que el alma como vibración del yo en el tiempo. Pero la crítica suele pensar que la literatura se propone o tiene que enseñar, debe ofrecer modelos de vida, estudios de caracteres, exploraciones de una vocación, el medio ambiente, etc., todo lo cual es accesorio y casi siempre azaroso. Para ningún auténtico literato se da una “selección de material”. Pero este punto es siempre objeto de crítica, mientras que nadie pregunta a un tenor por qué no canta de bajo.”

Hermann Hesse

jueves, 19 de febrero de 2015

OBITER DICTUM






«Y una de las reglas más seguras ante el tapete verde es ésta: cuando veas a un jugador que está cansado y tiene mala suerte, que apuesta una y otra vez al mismo número y siempre sin éxito, apuesta tú al número que hasta ahora ha probado en vano y que al fin abandona por cansancio, porque es seguro que saldrá.»

Herman Hesse.

lunes, 2 de septiembre de 2013

OBITER DICTUM





“Los poemas realmente impregnados de la magia de lo mítico no evocan lo leído, sino lo soñado. Aquí está el umbral donde el hoy se toca con lo que fue siglos atrás. En los sueños volvemos a encontrar ese mundo de las asociaciones y los símbolos, al margen de la lógica, del que un día nacieran las sagas y cuentos de todos los pueblos.”


Hermann Hesse