Mi lista de blogs

Mostrando entradas con la etiqueta Benjamin. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Benjamin. Mostrar todas las entradas

jueves, 8 de septiembre de 2022

OBITER DICTUM






«Parece que Roth vive a lo grande; la habitación del hotel —de una apariencia tan europea como la del restaurante— ha de ser muy costosa, al igual que el viaje que lo llevó hasta Siberia, el Cáucaso y Crimea en busca de material para una crónica. Durante la conversación que siguió a su lectura lo insté a que pusiera las cartas sobre la mesa. Su opinión se puede resumir en una sola frase: llegó a Rusia como bolchevique (casi) convencido y la deja como realista. Como suele ocurrir, el país aparece siempre como responsable del cambio de color ideológico de aquellos que llegan aquí como políticos brillantes y de tintes rojizos (llevando la bandera de una oposición «de izquierda» y de un optimismo estúpido). Su rostro aparece recorrido por numerosas arrugas y tiene el aspecto desagradable de un fisgón.»

Walter Benjamin.

viernes, 7 de febrero de 2020

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE




SOBRE LOS CONTRATIEMPOS


«Aquí me detengo a contar la historia sobre la visita de Ernst Toller a Moscú, que escuché justamente aquel primer día. Toller sería recibido con todas las pompas. Toda la ciudad estaba llena de carteles que informaban su llegada. Tenía lista a su disposición una corte de asistentes, traductores, secretarios y mujeres hermosas; se anunciaban conferencias suyas. Sin embargo, el mismo día, también en Moscú, se celebra un congreso de la Komintern. Paul Frölich, archienemigo de Toller, se encuentra entre los delegados alemanes y escribe un artículo en el Pravda en el que afirma que Toller traicionó la Revolución y lo acusa de ser el culpable del fracaso en la constitución de una república soviética alemana. El Pravda agrega un editorial al final de la nota: «Lo sentimos mucho; no lo sabíamos». Después de esto, Toller pasa a ser persona no grata en Moscú. Al arribar al auditorio donde llevaría a cabo una de las tan publicitadas conferencias, se encuentra con el edificio cerrado y una nota del Instituto Kameneva: «Lo sentimos mucho, la sala no se encontraba disponible». Y al parecer el encargado de avisarle se olvidó de llamarlo.»


Walter Benjamin.
Diario de Moscú.
Ediciones Godot.

sábado, 6 de abril de 2019

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE









MEYERHOLD Y EL PARTIDO


«Pese a haber sido acortada en una hora después de su estreno, El revisor duró desde las ocho menos cuarto hasta las doce. La obra tenía tres partes, con un total de, si no me equivoco, dieciséis cuadros. Pese a haber ido preparado por los numerosos comentarios de Reich acerca de los efectos visuales de la obra, me conmovió su extravagancia. De hecho, lo más destacable de semejante producción no fue lo suntuoso de su vestuario sino su impactante escenografía . Salvo unas pocas excepciones, las escenas se desarrollaban sobre el espacio diminuto de un plano inclinado que, en cada cambio de acto, modificaba sus decorados y mobiliarios de estilo Imperio. El resultado de ello era un gran número de encantadores cuadros de género acordes con la orientación fundamental de la obra, que no era dramática, sino de análisis sociológico. Aquí se le ha dado gran importancia a esta versión por ser adaptación de una obra clásica del teatro revolucionario, pero se considera que los resultados son fallidos. El Partido se manifestó en contra de la producción, y hasta una opinión moderada del crítico teatral del Pravda fue rechazada por sus editores. Los aplausos que se escucharon en el teatro fueron escasos, pero es muy posible que esto tuviera más que ver con la consigna oficial que con la verdadera impresión causada en el público. La representación en sí fue un deleite para los ojos. Pero este fenómeno se halla relacionado, sin ninguna duda, con la cautela general aquí reinante a la hora de manifestar la opinión en público.»

Walter Benjamin.
Diario de Moscú.

Ediciones Godot.




miércoles, 30 de diciembre de 2015

OBITER DICTUM






«La mendicidad no es tan agresiva como en el sur, donde la insistencia del vagabundo al menos implica un dejo de vitalidad. Aquí constituyen una corporación de moribundos. Las esquinas, especialmente aquellas en las cuales los extranjeros hacen sus negocios, están atestadas de harapos que funcionan de cama para los mendigos y hacen de Moscú una guardia de enfermería al aire libre. La limosna se organiza de otro modo cuando se trata de tranvías. Ciertas líneas circulares tienen largas detenciones durante el trayecto. En esos momentos los mendigos se suben al tranvía, o bien un niño se sitúa en un rincón del coche y empieza a cantar. Luego colecta kopeks. Es muy raro que la gente les dé algo. La mendicidad perdió su base más sólida: la conciencia colectiv

Walter Benjamin.