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sábado, 30 de enero de 2016

OBITER DICTUM






«Un día de trabajo casi sin interrupciones, excepto por una pequeña caminata al correo por la mañana y otros pequeños encargos. Lezama Lima telefoneó para decir que el diálogo no va a aparecer hasta el tercer número, así es que seguiremos con las pruebas de la antología del verso cubano en 1936. Corregimos veinticuatro páginas por la mañana y veinticuatro páginas por la tarde. Esto es absurdo. J. R., que regula las horas del día como un monje, no tiene la menor idea para organizar su vida provechosamente, ni de una manera ideal, ni en un sentido material. Él descarta inconscientemente todas las oportunidades de hacer dinero, y pierde su tiempo corrigiendo pruebas para poetas cubanos o tirando periódicos después de observaciones minuciosas.»

Zenobia Camprubí.

miércoles, 27 de enero de 2016

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





A la Navidad del 42

La mano gris de la madre de mi padre abre la puerta, me alcanza y fuerza mi cabeza contra el escalón humedecido donde acabo de ceder a la vejiga desesperada: la tibieza sin culpa sube por su pollera hacia rosas blancas y arratonadas hojas negras.
Ahora bate vino dulce y yemas azucaradas mientras en la mesa de los dignos nuestra historia aparece, severamente cernida.
(Durante las oraciones, excesiva en su banco, guarda al hermano débil, lejos de mí.)
Volvemos a la casa en la oscuridad, ella al frente, por el borde del campo recién ahogado; reflejos de sus ojos glaciales se mueven entre sufridas retamas.

Rodolfo Godino.

martes, 26 de enero de 2016

OBITER DICTUM





Também eu acredito que a existência precede a essência. Que tudo começa quando o coração pulsa pela primeira vez, e tudo acaba quando ele desiste de lutar. Que todas as paisagens são cenários do nosso drama pessoal, comentários decorativos da nossa aventura íntima e profunda. E que, por isso, cada homem só se pode salvar ou perder sozinho, e que só ele é o responsável pelos seus passos, que só as suas próprias raízes são raízes, e que está nas suas mãos a grandeza ou a pequenez do seu destino.


Miguel Torga.

lunes, 25 de enero de 2016

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





DÍA DE LLUVIA


Nunca más esta lluvia
ni esa mancha de luz
en el peñasco
ni el borde
de esa nube
ni tu inmóvil sonrisa
fugitiva.
Nunca más este instante
que ya me dice adiós
desde tus ojos.

Claribel Alegría.

viernes, 22 de enero de 2016

ALLÁ EN LAS INDIAS






POR HACER LO QUE NUNCA APRENDIERON


       “E por no perder el tiempo ni gastar la comida en balde, acordó el Capitán que luego se pusiese por obra lo que se había de hacer, y así mandó aparejar lo necesario, y los compañeros dijeron que querían encomenzar luego su obra; y hubo entre nosotros dos hombres a los cuales no se debe poco por hacer lo que nunca aprendieron, y parecieron ante el Capitán y le dijeron que ellos, con ayuda de Nuestro Señor, harían los clavos que fuesen menester, que mandasen a otros hacer carbón. Estos dos compañeros se llamaban el uno  Juan de Alcántara, fidalgo natural de la villa de Alcántara, y el otro Sebastián Rodríguez, natural de Galicia; y el Capitán se lo agradeció prometiéndoles el galardón y pago de tan gran obra; y luego mandó facer unos fuelles de borceguíes, y así todas demás herramientas, y los demás compañeros mandó que de tres en tres diesen buena hornada de carbón, lo cual se puso luego por obra, y tomó cada uno su herramienta y se iban al monte a cortar leña y la traer a cuestas desde el monte hasta el pueblo, que habría media legua y hacían sus hoyos, y esto con muy gran trabajo. Como estaban flacos y no diestros en aquel oficio, no podían sufrir la carga, y los demás compañeros que no tenían fuerza para cortar madera, sonaban los fuelles y otros acarreaban agua, y el Capitán trabajaba en todo, de manera que todos teníamos en qué entender. Diose tan buena manera nuestra compañía en este pueblo que la fábrica desta obra, que en veinte días, mediante Dios, se hicieron dos mil clavos muy buenos y otras cosas, y dejó el Capitán la obra del bergantín para donde hallase más oportunidad y mejor aparejo.”


Gaspar del Carvajal. 
Relación del nuevo descubrimiento del Rio Grande por el capitán Francisco de Orellana.

miércoles, 20 de enero de 2016

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





WISH FOR A YOUNG WIFE




My lizard, my lively writher

May your limbs never wither

May the eyes in your face

Survive the green ice

of envy`s mean gaze;

May you live out your life

Without hate, without grief,

May your hair ever blaze

In the sun, in the sun

When I am undone

When I am no one.



                 Theodore Roethke.

lunes, 18 de enero de 2016

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE





LONDRES Y EL ESTIERCOL


            “Como de niño me eduqué en Londres cuando la ciudad mecanizada todavía estaba en la era del ferrocarril y como he vivido hasta la del automóvil, estoy en condiciones de establecer una comparación entre estos dos períodos sobre la base de una experiencia directa. La ciudad mecanizada de la era del ferrocarril era más sucia que su sucesora actual. Chimeneas de fábricas y ferrocarriles subterráneos vomitaban humo. Recuerdo la niebla permanente azul-negruzca en la estación del subterráneo en Grower Street, y la gran cantidad de humo arrojado por las locomotoras, que solía subir a través de las rejas hasta la calle. El subterráneo todavía no estaba electrificado y las fábricas no eran obligadas a usar combustible sin humo. Las nieblas de Londres solían durar algunas veces tres días seguidos, con los faroles de gas encendidos en las calles y las casas iluminadas durante todo ese tiempo, inclusive en las horas del día. En época lluviosa las calles estaban enlodadas; el barro era una mezcla malsana de suciedad y estiércol de caballo; y los peatones que tenían que atravesar una calle, daban agradecidos un penique a quien barría los cruces y los mantenía relativamente limpios. Por otra parte, lo peor que podía pasarle a un transeúnte al cruzar la calle era ensuciarse el calzado.”


Arnold Toynbee.
Ciudades en marcha.
Alianza Editorial.

sábado, 16 de enero de 2016

OBITER DICTUM






Como me es imposible prever el momento de mi fin, y a mis años los días concedidos a un hombre no son sino días de gracia, o más bien de rigor, voy a explicarme. El próximo 4 de septiembre, cumpliré setenta y ocho años: es hora ya de que abandone un mundo que me abandona a mí y que no echo de menos.


François-René de Chateaubriand

viernes, 15 de enero de 2016

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





   Vienen a visitarme,
se acercan
tras los vidrios de puertas ya cerradas
y transito por ellas
sintiendo revivir sus calcinados suelos.
Nubla el presente, la sospecha
de haber perdido demasiados años
para obtener algunas partículas de dicha
en cráteres que huyen, separados, veloces.


Luis Gutiérrez del Arroyo.

martes, 12 de enero de 2016

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE





LOS QUE MANDAN



«Cuanto más se busca la realidad de que el proletariado sea el dictador, menos se la encuentra y descubre. Ser dictador y no poder dictar, teniendo que aceptar en cambio lo que otros dicten; tener opción a mandar y soportar que otros manden; tener potestad para dirigir y ser dirigidos. No comprendemos como puede compaginarse una cosa con otra. El que manda, no es el que obedece. El que dicta, no es el dictado. Podrá objetarse que se dicta en favor del dictado, cosa bien extraña y que también en los países capitalistas suelen alegar los gobernantes, so pretexto de que laboran en beneficio del pueblo, al que sacrifican. Lo cierto es que quienes mandan se enriquecen, prosperan y son libres de hacer cuanto quieran, mientras el pueblo vive en la miseria, envilecido y vilipendiado por sus redentores desde el Poder. Todo lo hacen en favor del pueblo, pero este ha de entregar hasta la raída capa que cubre su esquelético cuerpo en pago de tantos favores. Lo mejor sería, pues, que no le favorecieran tanto, que no se sacrificaran por él, que no se condolieran de su “desgraciada” suerte. »


Angel Pestaña.
Lo que yo pienso.
Librería española de Antonio López.

domingo, 10 de enero de 2016

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA






O Signore inventato dai poeti
Per comodo d’invocazione,
So bene che non v’è colpa
Fuori che in me stesso:
Neppure tu, se esistessi,
Saresti responsabile
Della mia lunga rinuncia
Della mia ascesi ostinata,
Del mio rendere in cenere e tosco
I talenti dalla tua debole immagine
A me compartiti quel giorno
Che dal limo con maligno tocco
M’avessi suscitato.-- No, Signore,
Tu non hai colpa, ché non sei.
Ma bada, solo per questa ragione.


Tomaso Landolfi

viernes, 8 de enero de 2016

OBITER DICTUM





“El mito, como el aforismo y la máxima, es característico de la cultura oral. Porque, hasta que el conocimiento del alfabeto priva al lenguaje de su multidimensional resonancia, cada palabra es un mundo poético en sí misma, una «deidad momentánea» o revelación, como lo fue para el hombre analfabeto.”


Marshall McLuhan.

lunes, 4 de enero de 2016

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE





EN UN HOTEL DE ATENAS


“A mi regreso a Atenas encontré un montón de cartas remitidas desde París, así como varios avisos de Correos en los que me invitaban a recoger, lo antes posible, el dinero recibido a mi nombre. La American Express tenía también dinero para mí, dinero que me habían enviado por cable unos amigos americanos. Golfo, la doncella, que venía de Loutraki donde Katsimbalis tuvo en tiempos una casa de juego, y que siempre me hablaba en alemán, estaba emocionada ante la perspectiva de las diferentes cantidades que yo iba a cobrar. Y lo mismo le ocurría a Sócrates, el vigilante de noche, y al cartero, quien siempre me dedicaba una ancha sonrisa cuando me contaba el dinero. En Grecia, como en otros lugares, cuando se recibe una suma de dinero procedente del extranjero, la gente espera que se hagan pequeños dispendios a diestro y siniestro. Al mismo tiempo me notificaron indirectamente que podría tener una excelente habitación con cuarto de baño, en uno de los mejores hoteles, por un precio igual al que pagaba en el Grand. Preferí quedarme en el Grand. Me era simpático todo el personal: doncellas, porteros, botones, e incluso el dueño. Me gustan los hoteles de segunda o tercera categoría que son limpios pero viejos, que han conocido tiempos mejores, pero que conservan el aroma del pasado. Me gustaban las cucarachas y los enormes escarabajos que tan a menudo encontraba en mi habitación cuando encendía la luz. Me gustaban los anchos pasillos y los retretes, uno junto al otro como cabinas de baños, al final del vestíbulo. Me gustaba el lúgubre patio y las voces del coro masculino que ensayaba en una sala cercana. Por unas cuantas dracmas enviaba al botones, antiguo parisino de catorce años, a entregar en mano mis cartas, lujo éste que nunca había disfrutado antes. Casi perdí la cabeza al recibir tanto dinero a la vez. Estuve a punto de hacerme un traje, cosa que no me hacía falta en absoluto, pero afortunadamente el tío del botones, que tenía una pequeña tienda cerca del barrio turco, no me lo podía hacer con la rapidez solicitada. Entonces quise comprarle una bicicleta al botones —le sería de gran utilidad, decía, para sus continuas correrías—, pero al no encontrar inmediatamente una que le gustase, me comprometí a regalarle unos jerseys y un par de pantalones de franela.”


Henry Miller. El coloso de Marusi. Editorial Seix Barral.

sábado, 2 de enero de 2016

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA




BROOMS


2

Brooms appear in dreambooks
As omens of approaching death.
This is their secret life.
In public, the act like flat-chested old maids
Preaching temperance.

They are sworn enemies of lyric poetry.
In prision they accompany the jailer,
Enter cells to hear confessions,
Their short-end comes down
When you last expect it.

Left alone behind a door
Of a condemned tenement,
They mutter to no one in particular,
Words like virgin wind moon-eclipse,
And that most sacred of all names:
Hyeronymous Bosch.


Charles Simic

viernes, 1 de enero de 2016

OBITER DICTUM






Aquí, hasta los que se llaman socialistas, un concepto que no se puede armonizar con el suelo de la alta montaña y, en especial, con el suelo de la alta montaña salzburguesa, tienen a la vez rasgos nacionalsocialistas y católicos, en cualquier caso, esa mezcla humana, como tal, resulta reconocible a diario para el visitante, y demuestra, en todos sus modos de actuar, una actitud espiritual católiconacionalsocialista.


Thomas Bernhard