POR
HACER LO QUE NUNCA APRENDIERON
“E por no
perder el tiempo ni gastar la comida en balde, acordó el Capitán que luego se
pusiese por obra lo que se había de hacer, y así mandó aparejar lo necesario, y
los compañeros dijeron que querían encomenzar luego su obra; y hubo entre
nosotros dos hombres a los cuales no se debe poco por hacer lo que nunca
aprendieron, y parecieron ante el Capitán y le dijeron que ellos, con ayuda de
Nuestro Señor, harían los clavos que fuesen menester, que mandasen a otros
hacer carbón. Estos dos compañeros se llamaban el uno Juan de Alcántara, fidalgo natural de la
villa de Alcántara, y el otro Sebastián Rodríguez, natural de Galicia; y el
Capitán se lo agradeció prometiéndoles el galardón y pago de tan gran obra; y
luego mandó facer unos fuelles de borceguíes, y así todas demás herramientas, y
los demás compañeros mandó que de tres en tres diesen buena hornada de carbón,
lo cual se puso luego por obra, y tomó cada uno su herramienta y se iban al
monte a cortar leña y la traer a cuestas desde el monte hasta el pueblo, que
habría media legua y hacían sus hoyos, y esto con muy gran trabajo. Como estaban
flacos y no diestros en aquel oficio, no podían sufrir la carga, y los demás
compañeros que no tenían fuerza para cortar madera, sonaban los fuelles y otros
acarreaban agua, y el Capitán trabajaba en todo, de manera que todos teníamos
en qué entender. Diose tan buena manera nuestra compañía en este pueblo que la
fábrica desta obra, que en veinte días, mediante Dios, se hicieron dos mil
clavos muy buenos y otras cosas, y dejó el Capitán la obra del bergantín para
donde hallase más oportunidad y mejor aparejo.”
Gaspar
del Carvajal.
Relación del nuevo descubrimiento del Rio Grande por el capitán Francisco de Orellana.
Relación del nuevo descubrimiento del Rio Grande por el capitán Francisco de Orellana.