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domingo, 30 de octubre de 2022

OBITER DICTUM




«Cuando el pueblo ha dominado la situación, y con el dominio, adquirido el derecho de hacer y obrar por su cuenta —pues, aunque sonrían los tratadistas de derecho, ésta es la verdad: no hay más derecho, hoy por hoy, que el creado por el triunfo de la violencia—, expulsa a los propietarios de sus tierras y procede al reparto, después de proclamar el derecho de todos los rusos sin distinción a su justo y equitativo disfrute. »


Angel Pestaña.


sábado, 29 de octubre de 2022

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE

 


SHEITAN


«Me despertó un inglés muy simpático ofreciéndome un trago de whisky escocés. El tren seguía su lenta marcha atravesando la noche. Mi acompañante venía de unos pozos de petróleo en la región de Mosul. Estuvimos sentados bebiendo en la penumbra. Me dijo que todos los hombres que trabajaban para él eran Yezedis, adoradores del diablo. Se trataba de un culto centralizado alrededor de un lugar llamado Sheikh Aadi. El inglés no sabía si el nombre correspondía a un pueblo o a una tumba. Nadie había querido decirle dónde estaba. Se suponía que los Yezedis eran los últimos restos de una antigua secta de maniqueos. Tenían un libro sagrado pero les estaba prohibido leer y escribir. No pronunciaban ninguno de los sonidos sh de su lenguaje. El nombre de Sheitan era sagrado. Se les acusaba de entregarse en noches determinadas a orgías sexuales de la misma manera que los romanos acusaban a los primitivos cristianos. Trabajaban en los oficios más humildes, peones camineros y basureros. Los más acomodados cultivaban hortalizas. Se suponía que creían en la doctrina gnóstica de las siete diferentes emanaciones de Dios, pero adoraban al diablo, en la forma de un pavo real dorado, como dueño de este mundo.»


John dos Passos.
Años inolvidables.
Alianza Editorial.


miércoles, 26 de octubre de 2022

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA




A PUNTO DE UN VIAJE EN COCHE


Las ventanas reflejan

el fuego de poniente

y flota una luz gris

que ha venido del mar.

En mí quiere quedarse

el día, que se muere,

como si yo, al mirarle,

lo pudiera salvar.

Y quién hay que me mire

y que pueda salvarme.

La luz se ha vuelto negra

y se ha borrado el mar.


Francisco Brines.





lunes, 24 de octubre de 2022

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE

 




SER Y PARECER


«La apropiación del ejército por parte de Napoleón certificó la toma del poder de este, y le permitió instaurar un régimen más eficazmente represivo que ninguno administrado por el rey. Sin embargo, la represión de Napoleón no pareció ser la traición que fue, porque el ejército, que era la última garantía del Imperio, siguió siendo, en el estilo y en el ethos, una criatura de la Revolución. A fin de cuentas, era antiborbónico, anticlerical, igualitario, receptivo al talento. Millares de jóvenes franceses podían intentar evitar servir bajo sus banderas. Pero mientras estas fueran tricolores, mientras proclamasen «libertad, igualdad y fraternidad», a los que aún les importaba podían consolarse con la creencia de que la Revolución vivía. El ejército, ese extraordinario organismo, que marchaba con un millón de piernas sincronizadas bajo una única voz, que se levantaba y comía y dormía según un horario, que practicaba la puntualidad, que se movía al unísono con el redoble del tambor, que hablaba un lenguaje particular de sumisión y mando, al que se debía más lealtad que a la familia o al lugar, y que, en suma, no parecía haber bajo los extensos cielos de Francia otra institución que hubiese sido en mayor grado, con sus guerreras blancas, a la vez el símbolo del poder de los reyes y su agente; y que, en cambio, vestido de azul, representaba las victorias de la Bastilla, las Tullerías, el Campo de Marte, y personificaba, aunque fuese de manera oculta, el principio de la soberanía popular.»


Inteligencia Militar.

John Keegan.

Turner Noema.


domingo, 23 de octubre de 2022

OBITER DICTUM

 





«¿Le gusta la India? —me preguntó la señora Bristow. 

Oh, sí, pienso que es maravillosa. 

¿Y qué piensa de la gente?

Me gusta muchísimo, y los encuentro sumamente interesantes. 

¡Oh, qué mentiroso! ¿No le oí decir el otro día algo sobre «la horrenda charla angloindia»?

Pero pensé que ahora se refería a los indios, no a los angloindios. 

¡Los indios! Yo nunca pienso en ellos. 

Bueno, dijo «la gente». 

Me refería a nosotros , la gente, estúpido. 

Ya veo. Bueno, empecemos de nuevo.»


Joseph Randolph Ackerley.


viernes, 14 de octubre de 2022

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE




EL ALMA AUSTRIACA


«Los austriacos no saben hacerse querer por los pueblos extranjeros que tienen sometidos. Sin embargo, como gozan de espíritu de justicia, la administración interior de esta monarquía es en general equitativa. Sólo la política es inmoral, pero ellos conciben la justicia como amparo de una suerte de pedantería metódica que cuadra a la perfección con su carácter. Lo primero que hicieron al conquistar Venecia fue prohibir el carnaval, que era, por así decirlo, una institución, tanto tiempo hacía que se hablaba de él. Para gobernar una ciudad tan alegre el ministerio austriaco eligió a los hombres más rígidos de la monarquía. Por eso los pueblos del mediodía prefieren ser saqueados por los franceses a ser regentados por los austriacos. La República de Venecia añoraba con razón su antiguo gobierno, noble y próspero.»


Madame de Staël.

Diez años de destierro.

Penguin Clásicos.


martes, 11 de octubre de 2022

ALLÁ EN LAS INDIAS


 




AL PARTIR LA TIERRA II


«Y pues está a tiempo de obrar, le convendrá tener particular cuidado después de haber poblado con aplauso de los señores de la tierra. Las estancias que diere para sembrar y criar ganados a los españoles, sean sin perjuicio de los naturales. Y para repartir y encomendar los indios convendrá mucho que antes que lo haga, tenga llana la tierra y muy trillada y hecha la descripción general de los señores que la gobernaban al tiempo que la entraron y por minuta y lista tomados sus nombres sin que se oculte ninguno, y con artificio y regalo hará que den la cuenta de todos sus sujetos y principales: y la descripción de como queda dicho habrán hecho al correr de la tierra, y que digan unos caciques de otros. Y en el pueblo y ciudad se hará la propia diligencia, y hecha, nuestro caudillo repartirá por provincias, dividiendo y apartando e incluyendo en cada una los señores que cómodamente quedaren dentro de ella, y luego numerará los indios, habiendo numerado los señores que los sujetan, y así juntará toda la suma, y visto el número considerará las granjerías de la tierra, si hay perlas, oro, o piedras de precio, o si se ha de tratar de sola industria, como es hacer ingenios de azúcar, obrajes, ganados, sementeras y otras cosas de menos valor: y con esta consideración repartirá la tierra y señalará los indios, más o menos, conforme los aprovechamientos que hubiere en cada provincia; y hecho este discurso y consideración y que no le sea cosa oculta en la tierra, apuntará y encomendará los indios, por sus pueblos, o caciques, capitanes y principales: o por casas, o por cabezas, o parentelas, o valles, conforme la tierra y su disposición ofreciere: considerando también de los españoles la cantidad y méritos; y así, a unos más y a otros menos, pesando y midiendo el valor de cada uno y la sustancia de los indios, porque en un valle o sitio valdrán más cuatro que en otro ocho.


Bernardo de Vargas Machuca.

Milicia Indiana.

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE





DE FILOSOFOS Y ZANGANOS


«En la sociedad soviética, el estatuto social del trabajo es otro. El ejercicio del trabajo cesa de ser una libertad para constituirse en una obligación, y no ya simplemente moral, sino jurídica y coercible ante la ley. El trabajo es una obligación en cuanto a que el individuo debe siempre trabajar, y en cuanto a que no es de su sola incumbencia personal optar por tal o cual oficio, profesión o actividad. Aquí residen dos de las más esenciales diferencias entre la concepción burguesa del trabajo y la concepción soviética. Dentro de la primera hay el error de entender por libertad de trabajo lo que, en verdad, no es más que un libertinaje. El trabajo, material o intelectual es, en efecto, una ley esencialmente humana. Se argumentará que ésta no es una ley universal, citando el caso de ciertas especies zoológicas que no trabajan, tales como los marmas y los zánganos. Los filósofos antiguos han podido, asimismo; predicar el desprecio al trabajo, considerándolo como degradante para el hombre. Pero conviene rechazar el primer argumento, recordando el lindero que, desde este punto de vista, existe entre la sociedad humana y la sociedad animal. Ya el socialismo utópico cayó, hace cien años, en el error de identificar ambas sociedades, en su mecánica y destinos esenciales, tomando la convivencia de las bestias como modelo de la convivencia humana. Marx destruyó este absurdo, que, como casi todos los principios del socialismo utópico, es en el fondo burgués y hasta reaccionario en medio de su fachada revolucionaria. Por lo que respecta a los filósofos antiguos, se trata de una opinión de elite, de una postura aristocrática, de la moral clasista de los parásitos que viven a expensas del obrero o del esclavo y para los que Lafargue reclama, burlándose de ellos, un derecho a la pereza.»

Cesar Vallejo.
Rusia en 1931.
Editora Perú Nuevo

lunes, 10 de octubre de 2022

OBITER DICTUM





Sobre Escopeliano…


«Sus embajadas ante el emperador fueron numerosas, ya que en su gestión solía acompañarle el éxito; la más notable de ellas, la relacionada con las viñas. Pues llevó a cabo esta embajada no sólo en nombre de los ciudadanos de Esmirna como la mayoría de las veces, sino de Asia entera. Voy a contar el motivo de la embajada. Había decidido el emperador que no hubiera viñas en Asia, porque era opinión común que, cuando estaban bebidos, planeaban sublevaciones, y que se arrancaran las ya plantadas y no se plantaran más. Eran precisos, pues, una embajada en representación de todos y un hombre que, como un Orfeo, como Támiris, usara poderes de fascinación en su favor. De común acuerdo escogieron a Escopeliano y aquél, en su misión, logró un triunfo tan sobrado, que regresó no sólo con el permiso para plantar vides, sino con amenaza de sanciones contra los que no lo hicieran.»


Filóstrato de Atenas.





martes, 4 de octubre de 2022

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE






 

UNA DE PELMENI, CAMARADA!


«Dado que todo en la Unión Soviética, toda transacción, se hace bajo el Estado, o bajo monopolios concedidos por el Estado, el sistema de contabilidad es enorme. De este modo, cuando toma nota, el camarero lo escribe muy cuidadosamente en un libro. Pero después no va a pedir la comida. Va al contable, que anota otra entrada acerca de la comida que ha sido pedida y emite un recibo que va a la cocina. Allí se anota otra entrada, y se solicita la comida. Cuando al fin se expide la comida, también se emite un recibo con la entrada de la comida, que se entrega al camarero. Pero este no lleva la comida a la mesa. Lleva su recibo al contable, que anota otra entrada en la que dice que la comida que fue solicitada ha sido expedida y da otro recibo al camarero, que entonces vuelve a la cocina y lleva la comida a la mesa, anotando en su libro que la comida que fue solicitada, registrada y emitida, ya está por fin en la mesa. Esta contabilidad lleva mucho tiempo. De hecho, mucho más que cualquier cosa que se haga con la comida. Y no hace ningún bien impacientarse por conseguir la comida, porque no hay nada en el mundo que se pueda hacer. El proceso es invariable


John Steinbeck.

Diario de Rusia.

Editorial Capitan Swing.

sábado, 1 de octubre de 2022

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA




BARCO CARBONERO


BARCO carbonero,

negro el marinero.


Negra, en el viento, la vela.

Negra, por el mar, la estela.


¡Qué negro su navegar!


La sirena no le quiere.

El pez espada le hiere.


¡Negra su vida en la mar!


Rafael Alberti.