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martes, 16 de marzo de 2021

OBITER DICTUM






El Danubio es un río austríaco, y austríaca es la desconfianza en la historia, que resuelve las contradicciones eliminándolas, en la síntesis que supera y anula los términos en juego, en el futuro que se aproxima a la muerte. Es posible que actualmente la vieja Austria se nos presente con frecuencia como una patria contemporizadora porque era la patria de unos hombres que dudaban de que el mundo pudiera tener futuro y no querían resolver las contradicciones del viejo imperio sino retrasar su solución, en la medida en que se daban cuenta de que cualquier solución significaría la destrucción de unos cuantos elementos esenciales de la heterogeneidad del imperio y, por tanto, el final del imperio mismo. Para alcanzar la cuenca del Breg hay que descender, aunque sea unos pocos metros, la breve pendiente. Allí inicia el río su descenso. Al seguirlo, es oportuno buscar también paradas, desviaciones, retrasos, ya que, como sabía Rilke, no se trata de pensar en victorias sino que basta con sobrevivir.

Claudio Magris.

lunes, 25 de junio de 2012

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





DER DICHTER


Du entfernst dich von mir, du Stunde.
Wunden schlägt mir dein Flügelschlag.
Allein: as soll ich mit meinem Tag?
mit meiner Nacht? mit meinen Munde?

Ich habe keine Geliebte, kein Haus,
keine Stelle auf der ich lebe.
Alle Dinge, an die ich mich gebe
werden reich und geben mich aus.

Rainer María Rilke.

lunes, 2 de abril de 2012

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA




LETZTER ABEND


(AUS DEM BESITZE FRAU NONNAS)

Und Nacht und fernes Fahren; denn der Train
des ganzen Heeres zog am Park vorüber.
Er aber hob den Blick vom Clavecín
Und spielte noch und sah zu ihr hinüber

Beinah wie man in einen Spiegle schaut:
So sehr erfüllt von seinen jungen Züngen
Und wissend, wie sie seien Trauuer trügen
Schön und verführender bei jedem Lautl.
 
Doch plötzlich wars, als ob sich das verwische;
Sie stand wie mühsam in der Fensternische
Und hielt des Herzens drángendes Geklopf,

Sein Spiel gab nach. Von draußen wehte Frische.
Und seltsam fremd stand auf dem Spiegeltische
Der schwarze Tschako mit dem Totenkopf.



Rainer María Rilke.