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sábado, 31 de agosto de 2013

OBITER DICTUM





“Bassein fue una de las más florecientes colonias lusitanas: el gran Alburquerque está sepultado allí; pero su tumba ha quedado ya oculta bajo los espinos y los bejucos. Las colinas que hay alrededor de Bassein están superpuestas de fortalezas, de castillos y de conventos, muchos de ellos ruinosos. En numerosos pueblos del país es todavía importante el elemento portugués.”


Louis Rousselet.

viernes, 30 de agosto de 2013

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





THE WISHING TREE


I thought of her as the wishing tree that died
And saw it lifted, root and branch, to heaven,
Trailing a shower of all that had been driven

Need by need by need into its hale
Sap-wood and bark: coin and pin and nail
Came streaming from it like a comet-tail

New-minted and dissolved. I had a visión
Of an airy branch-head rising through damp cloud,
Of turned-up faces where the tree han stood.

Seamus Heaney.

jueves, 29 de agosto de 2013

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE




ELOGIO DE LOS GORDOS


“Viene a bordo un hombre de una gordura dominante y eminente. Este hombre gordo es comunicativo, conversador y ocurrente, amable y de un humor risueño que no varía, ni aun con los calores ecuatoriales. Lo acompaña una dama graciosa y capitosa, cuyos “appas" son de los que siempre alaban con preferencia los poetas que cira en sus narraciones la sutil Scheherezada de Las mil y una  noches. El gran portugués Eça de Queiroz dice en alguna parte, hablando de no recuerdo cuál de sus personajes: era um gordo, e por tanto um prudente. Quizá la prudencia sea lo que falte a nuestro robusto compañero de navegación, pues a pesar de sus ciento cincuenta kilos, se atreve a danzar sobre cubierta, con su alegre dama y otras gentiles pasajeras. Yo he de decir el elogio de los gordos, porque ellos no dan entrada a la mal aconsejadora melancolía. Casi siempre están de buen ánimo y saben el precio de la vida. Ríen de verdad, con risa franca y sabrosa. Gozan de buen apetito y digieren en la paz de su completa satisfacción. Los favorece el sentido común, la tranquilidad y la feliz armonía con los demás hombres. Raro, rarísimo será el gordo suicida. Si Bruto hubiera sido gordo, no habría asesinado a su bienhechor. No lo dice así propiamente Shakespeare, pero recordad los versos de julio César. Los sueños y las visiones que perturban el ánimo, no frecuentan  a los gordos. Ved al flaco Don Quijote, asaeteado de penas y cuidados, y al gordo Sancho, que sabe aprovechar el paso de la hora y llena el bandullo. Todo flaco para en lívido y todo lívido en maligno, por causa del mal funcionamiento corporal; la sana y bienhechora risa huye de los flacos, gentes a quien meser Goster  no es propicio y cuyo hígado, órgano ilustre para los orientales, les hace malas bilis y peligrosas cóleras. Rabelais sabía bien todo esto, y en ello pudo extenderse M. Bergeret, maestro de conferencias, cuando su visita a Buenos Aires. El gordo del barco es ameno y afectuoso. Cuenca cuentos picantes; trata a los amigos ocasionales con regocijada confianza; juega a los juegos ingleses; come sandwichs, ríe con convicción y salud. Es un ser feliz. Y por su causa he escrito estas líneas, recordando a los abades conventuales, al noble rey Gambrinus, y a sir John Falstaff, todos ellos de opulenta y rozagante memoria.”


Rubén Darío. Retratos y figuras. Editorial Torino.

lunes, 26 de agosto de 2013

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





ET SUR QUI DÈS LONGTEMPS DESCENDENT LES FRIMAS


Con cuánto amor levante
Mis sueños
Ante la fortuna adversa

De exilio en exilio
                          Nuestra vida
Empapada de sangre

Reinos de luz
A través del espanto y de la incertidumbre
Del miedo y del dolor

No escribir más
Volver a ver los árboles de Stratford
Decir como Kent Os
Doy mi adiós
A todos Adaptaré
Mi viejo rumbo
A nuevo país

Basta

Hice mi trabajo lo mejor que sabía
He gozado de amistad y de amor
Acompañé mis banderas hasta el fin
Sean ellas leales ahora conmigo
He enterrado a mis muertos
Estoy en paz


José María Álvarez

jueves, 22 de agosto de 2013

OBITER DICTUM






«Por esto el proletariado de Alemania mira hacia ustedes en esta hora. Alemania está preñada de la revolución social, pero el socialismo sólo puede ser realizado por el proletariado mundial.

Y de allí, que los llamamos: "¡Levántense para luchar! ¡Levántense para la acción! ¡El tiempo de los manifiestos vacíos, las resoluciones platónicas, y las palabras rimbombantes se ha ido! ¡La hora de la acción ha dado la Internacional!" Les pedimos que elijan consejos de trabajadores y de soldados en todas partes que tomarán el poder político, y junto a nosotros, restableceremos la paz.

Ni Lloyd George, ni Poincaré, ni Sonnino, ni Wilson, ni Ersberger ni Scheidemann, serán admitidos para hacer la paz. La paz debe concluirse bajo la divisa ondeante de la Revolución Socialista mundial.

¡Proletarios de todos los países! Los convocamos a completar el trabajo de la liberación socialista, a darle un aspecto humano al mundo desfigurado y a hacer verdad aquellas palabras con las cuales a menudo nos saludábamos unos a otros en los viejos días y que cantábamos mientras partíamos: y la Internacional será la raza humana.


Roxa Luxemburgo

sábado, 17 de agosto de 2013

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE



EL VINO Y PLATÓN


“Prohíbe Platón el vino a los adolescentes antes de los dieciocho años, y emborracharse antes de los cuarenta, mas a los que pasaron esta edad los absuelve y consiente el que en sus festines Dionisio predomine ampliamente, pues es el dios que devuelve la alegría a los hombres y la juventud a los ancianos; el que dulcifica y modera las pasiones del alma, de la propia suerte que el hierro se ablanda por medio del fuego. El mismo filósofo en sus Leyes encuentra útiles las reuniones en que se bebe, siempre que en ellas haya un jefe para gobernarlas y poner orden, puesto que, a su juicio, dice, la borrachera es una buena y segura prueba de la naturaleza de cada uno, al propio tiempo que comunica a las personas de cierta edad el ánimo suficiente para regocijarse con la música y con la danza, cosas gratas de que la vejez no se atreve a disfrutar estando en completa lucidez. Dice además Platón que el vino comunica al alma la templanza y la salud al cuerpo, pero encuentra, sin embargo, en su uso las siguientes restricciones, tomadas en parte a los cartagineses: que se beba la menor cantidad posible cuando se tome parte en alguna expedición guerrera, y que los magistrados y jueces se abstengan de él cuando se encuentren en el ejercicio de sus funciones, o se hallen ocupados en el despacho de los negocios públicos; añade además que no se emplee el día en beber, pues el tiempo debe llenarse con ocupaciones de cada uno, ni tampoco la noche que se destine a engendrar los hijos.”


Michel de Montaigne. Ensayos. 

sábado, 10 de agosto de 2013

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE





ASQUEROSOS PIOJOS


Por aquel entonces todos teníamos piojos. Si bien seguía haciendo frío, la temperatura ya permitía su aparición. Sobre asquerosos bichos corporales tengo una amplia experiencia y puedo afirmar que, en cuanto a ensañamiento, el piojo sobrepasa a todo lo conocido. Otros insectos, los mosquitos por ejemplo, hacen sufrir más, pero, por lo menos, no son bichos residentes . El piojo a veces se asemeja a un diminuto cangrejo, y vive preferentemente en los pantalones. Aparte de quemar la ropa, no hay otra manera conocida de librarse de él. En las costuras de los pantalones depositan sus brillantes huevos blancos, como diminutos granos de arroz, que originan grandes familias a extraordinaria velocidad. Creo que a los pacifistas les sería útil ilustrar sus escritos con fotografías ampliadas de piojos. ¡Gloria de la guerra, sin duda! En la guerra, todos los soldados tienen piojos, al menos cuando hace bastante calor. Los hombres que lucharon en Verdún, Waterloo, Flandes, Senlac, Las Termópilas, todos ellos tenían piojos arrastrándose por sus testículos. Nosotros logramos mantenerlos a raya, hasta cierto punto, quemando los huevos y bañándonos con tanta frecuencia como podíamos soportarlo. Nada, sino la existencia de piojos, me hubiera arrastrado hasta ese río helado.

George Orwell.
Homenaje a Cataluña.
Editorial Proyección.

martes, 6 de agosto de 2013

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE



REINA DE NORUEGA


       «El barrio chino eran cuatro manzanas de músicas metálicas que hacían temblar la tierra, pero también tenían recodos domésticos que pasaban muy cerca de la caridad. Había burdeles familiares cuyos patrones, con esposas e hijos, atendían a sus clientes veteranos de acuerdo con las normas de la moral cristiana y la urbanidad de don Manuel Antonio Carreño. Algunos servían de fiadores para que las aprendizas se acostaran a crédito con clientes conocidos. Martina Alvarado, la más antigua, tenía una puerta furtiva y tarifas humanitarias para clérigos arrepentidos. No había consumo trucado, ni cuentas alegres, ni sorpresas venéreas. Las últimas madrazas francesas de la primera guerra mundial, malucas y tristes, se sentaban desde el atardecer en la puerta de sus casas bajo el estigma de los focos rojos, esperando una tercera generación que todavía creyera en sus condones afrodisíacos. Había casas con salones refrigerados para conciliábulos de conspiradores y refugios para alcaldes fugitivos de sus esposas.
       El Gato Negro, con un patio de baile bajo una pérgola de astromelias, fue el paraíso de la marina mercante desde que lo compró una guajira oxigenada que cantaba en inglés y vendía por debajo de la mesa pomadas alucinógenas para señoras y señores. Una noche histórica en sus anales, Álvaro Cepeda y Quique Scopell no soportaron el racismo de una docena de marinos noruegos que hacían cola frente al cuarto de la única negra, mientas dieciséis blancas roncaban sentadas en el patio, y los desafiaron a trompadas. Los dos contra doce a puñetazo limpio los pusieron en fuga, con la ayuda de las blancas que despertaron felices y los remataron a silletazos. Al final, en un desagravio disparatado, coronaron a la negra en pelotas como reina de Noruega.”


Gabriel Garcia Márquez. Vivir para contarla. Mondadori.

viernes, 2 de agosto de 2013

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE





SEGUNDA PARTE
CAPÍTULO LXVIII


“Era la noche algo escura, puesto que la luna estaba en el cielo, pero no en parte que pudiese ser vista: que tal vez la señora Diana se va a pasear a los antípodas, y deja los montes negros y los valles escuros. Cumplió don Quijote con la naturaleza durmiendo el primer sueño, sin dar lugar al segundo; bien al revés de Sancho, que nunca tuvo segundo, porque le duraba el sueño desde la noche hasta la mañana, en que se mostraba su buena complexión y pocos cuidados. Los de don Quijote le desvelaron de manera que despertó a Sancho y le dijo:

-Maravillado estoy, Sancho, de la libertad de tu condición: yo imagino que eres hecho de mármol, o de duro bronce, en quien no cabe movimiento ni sentimiento alguno. Yo velo cuando tú duermes, yo lloro cuando cantas, yo me desmayo de ayuno cuanto tú estás perezoso y desalentado de puro harto. De buenos criados es conllevar las penas de sus señores y sentir sus sentimientos, por el bien parecer siquiera. Mira la serenidad desta noche, la soledad en que estamos, que nos convida a entremeter alguna vigilia entre nuestro sueño. Levántate, por tu vida, y desvíate algún trecho de aquí, y con buen ánimo y denuedo agradecido date trecientos o cuatrocientos azotes a buena cuenta de los del desencanto de Dulcinea; y esto rogando te lo suplico, que no quiero venir contigo a los brazos, como la otra vez, porque sé que los tienes pesados. Después que te hayas dado, pasaremos lo que resta de la noche cantando, yo mi ausencia y tú tu firmeza, dando desde agora principio al ejercicio pastoral que hemos de tener en nuestra aldea.

-Señor -respondió Sancho-, no soy yo religioso para que desde la mitad de mi sueño me levante y me dicipline, ni menos me parece que del extremo del dolor de los azotes se pueda pasar al de la música. Vuesa merced me deje dormir y no me apriete en lo del azotarme; que me hará hacer juramento de no tocarme jamás al pelo del sayo, no que al de mis carnes.

-¡Oh alma endurecida! ¡Oh escudero sin piedad! ¡Oh pan mal empleado y mercedes mal consideradas las que te he hecho y pienso de hacerte! Por mí te has visto gobernador, y por mí te vees con esperanzas propincuas de ser conde, o tener otro título equivalente, y no tardará el cumplimiento de ellas más de cuanto tarde en pasar este año; que yo post tenebras spero lucem.

-No entiendo eso -replico Sancho-; sólo entiendo que, en tanto que duermo, ni tengo temor, ni esperanza, ni trabajo ni gloria; y bien haya el que inventó el sueño, capa que cubre todos los humanos pensamientos, manjar que quita la hambre, agua que ahuyenta la sed, fuego que calienta el frío, frío que templa el ardor, y, finalmente, moneda general con que todas las cosas se compran, balanza y peso que iguala al pastor con el rey y al simple con el discreto. Sola una cosa tiene mala el sueño, según he oído decir, y es que se parece a la muerte, pues de un dormido a un muerto hay muy poca diferencia.

-Nunca te he oído hablar, Sancho -dijo don Quijote-, tan elegantemente como ahora, por donde vengo a conocer ser verdad el refrán que tú algunas veces sueles decir: "No con quien naces, sino con quien paces".

-¡Ah, pesia tal -replicó Sancho-, señor nuestro amo! No soy yo ahora el que ensarta refranes, que también a vuestra merced se le caen de la boca de dos en dos mejor que a mí, sino que debe de haber entre los míos y los suyos esta diferencia: que los de vuestra merced vendrán a tiempo y los míos a deshora; pero, en efecto, todos son refranes.”


Miguel de Cervantes Saavedra. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.

jueves, 1 de agosto de 2013

ALLÁ EN LAS INDIAS






ENTRE CIÉNAGAS


        “Como los que iban delante con las guías abriendo el camino me enviaron a decir que andaban desatinados, que no sabían dónde estaban, hice parar la gente, y pasé yo a pie adelante, hasta llegar a ellos; y como vi el desatino que tenían, hice volver la gente atrás a una cienaguilla que habíamos pasado, adonde por causa del agua había alguna poca de yerba que comiesen los caballos, que había dos días que no la comían ni otra cosa, y allí estuvimos aquella noche con harto trabajo de hambre, y poníanoslo mayor la poca esperanza que teníamos de acertar a poblado: tanto, que la gente estaba casi fuera de toda esperanza, y más muertos que vivos. Hice sacar una aguja de marear que traía conmigo, por donde muchas veces me guiaba, aunque nunca nos habíamos visto en tan extrema necesidad como esta; y por ella, acordándome del paraje en que habían señalado los indios que estaba el pueblo ,hallé por cuenta que corriendo al nordeste desde allí donde estábamos salíamos a dar al pueblo y muy cerca de él, y mandé a los que iban delante abriendo el camino que Ilevasen aquel aguja consigo y siguiesen aquel rumbo, sin se apartar de él, y así lo hicieron; y quiso Nuestro Señor que salieron tan ciertos, que a hora de vísperas fueron a dar medio a medio de unas casas de sus ídolos, que estaban en medio del pueblo, de que toda la gente hubo tanta alegría, que casi desatinados corrieron todos al pueblo, y no mirando una gran ciénaga que estaba antes que en él entrasen, se sumieron en ella muchos caballos, que algunos dellos no salieron hasta otro día, aunque quiso Dios que ninguno peligró; y los que veníamos atrás desecamos la ciénaga por otra parte, aunque no se pasó sin harto trabajo.


Hernán Cortés. 
Cartas de relación.