Mi lista de blogs

Mostrando entradas con la etiqueta Fortún. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Fortún. Mostrar todas las entradas

sábado, 15 de agosto de 2020

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





                   AL PARTIR


A Rafael Cansinos

En la noche profunda se desliza tranquila,
sobre las aguas muertas, con un rumor de ave
que volase callada en el viento, una nave
a la luz de una estrella, empañada pupila

de una amada que muere no sé dónde, allá lejos.
Una canción muy triste se escucha en los canales
sobre las aguas quietas, como inmensos espejos,
y aparecen las luces de la luna triunfales.

De una ventana abierta salen vagos rumores
de besos y caricias. Y triunfan los amores
divinos en la noche de opacidad silente.

Y en el canal se escucha el bogar de mi nave
apagada, tranquila, que en su marcha suave
sobre las muertas aguas se aleja mansamente.


           Fernando Fortún.

lunes, 13 de marzo de 2017

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





       TARDE MADRILEÑA


La calle de Alcalá. Sol. Primavera.
Las tres. Queda en la paz dominical
de la riente bulla mañanera,
el eco de unos trajes de percal.

Endomingado pasa algún hortera
en busca de su idilio semanal.
Un frescor sobre el fuego de la acera
sale de un ancho y húmedo portal.

Bullicio en los cafés. Fuera, se siente
el sopor de la siesta en el ambiente.
Llena de luz albea la Cibeles...

Comienzan a pasar coches sonoros;
y dejan un cantar de cascabeles
los primeros que van hacia los toros.


                                              Fernando Fortún

miércoles, 17 de octubre de 2012

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





EN EL SILENCIO DE LA BIBLIOTECA


Bajo el sol de la tarde de verano,
ciega el albor de estas casonas viejas,
mientras que en sus estancias silenciosas
la penumbra nos baña y nos consuela.
Y, como un moscardón, zumba el silencio;
un pregón que se arrastra, es una queja...
Duerme un profundo sueño la ciudad
en estas lentas horas de la siesta.

Y yo, sin dormir, sueño
en la paz que hay aquí, en la Biblioteca   
municipal, donde se oyen las plumas
correr sobre el papel, cansadas, lentas...
Algún adolescente,
acodado sobre una antigua mesa,
lee los Episodios Nacionales,
o novelas de Verne, o de Pereda.
Y hay unos hombres calvos consultando
el Diccionario de jurisprudencia.

De los libros vetustos hay un vago
perfume a cosas muertas;  
en los viejos estantes empolvados
parece que bostezan
de tedio y de cansancio, ellos que dicen
las añoradas vidas de otras épocas,
como abuelos que cuentan su pasado
y que hoy contemplan esta vida quieta...

Y delante de mí, abierto un tomo,
que no sé de qué trata, lo contemplan
mis ojos que soñando ven ahora
al abuelo de nívea guedeja;
y escucho el desgranar de sus palabras
con un sonoro ritmo de leyenda...

Y la paz es profunda;
no llegan los rumores desde fuera.
Los empolvados libros
quedamente bostezan...
Y delante de mí, abierto un tomo,
que sin verlo mis ojos lo contemplan.

Fernando Fortún.