TARDE MADRILEÑA
La calle de Alcalá. Sol.
Primavera.
Las tres. Queda en la paz
dominical
de la riente bulla mañanera,
el eco de unos trajes de percal.
Endomingado pasa algún hortera
en busca de su idilio semanal.
Un frescor sobre el fuego de la
acera
sale de un ancho y húmedo portal.
Bullicio en los cafés. Fuera, se
siente
el sopor de la siesta en el
ambiente.
Llena de luz albea la Cibeles...
Comienzan a pasar coches sonoros;
y dejan un cantar de cascabeles
los primeros que van hacia los
toros.
Fernando Fortún