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lunes, 20 de septiembre de 2021

OBITER DICTUM





La única protección eficaz contra la miseria es la modestia. Esta gran masa de proletarios que ahora ostenta el poder en todo el mundo vive en la pura miseria, y al mismo tiempo presume de su inmodestia.

Sándor Márai.

sábado, 11 de mayo de 2019

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE






SOBRE LO COTIDIANO


      Una joven muchacha quiso bailar desnuda al son de un ritmo africano mientras un hombre barbudo le cubría el cuerpo de espuma de afeitar. Otra quiso aparecer como una bailarina clásica, con tutú pero sin bragas, y orinar mientras interpretaba la muerte del cisne. Un estudiante de arquitectura utilizó un maniquí de escaparate y lo golpeó violentamente con un hacha en el vientre y el sexo. Una vez destruido el maniquí, sacó de su interior varias ristras de chorizo y cientos de bolas de cristal. Otro estudiante apareció vestido de profesor de matemáticas con una gran bolsa llena de huevos. A medida que recitaba sus fórmulas algebraicas, se partía un huevo tras otro en la frente. Otro llegó con una tinaja de hierro blanco y varios litros de leche. De pie en la tinaja, se puso a recitar un clásico poema del Día de la Madre mientras vaciaba las botellas de leche sobre su cabeza. Una mujer de larga cabellera rubia, vestida con medias negras decoradas con perlas en los tobillos, apareció caminando con muletas y gritando a pleno pulmón: «¡Soy inocente! ¡Soy inocente!». Al mismo tiempo, sacaba de entre sus senos trozos de carne cruda que lanzaba sobre el público. Luego se sentó sobre una silla de niño y se hizo rapar completamente la cabeza por un peluquero. Frente a ella había un coche lleno de cabezas de muñecas de todos los tamaños, sin ojos ni pelo. Una vez rapada, la mujer comenzó a lanzar las cabezas sobre el público chillando: «¡Soy yo! ¡Soy yo!». Un muchacho vestido con esmoquin empujó hacia el centro del escenario una tina de baño cubierta con una toalla. Por el peso, podía adivinarse que estaba llena de líquido. Salió del escenario y regresó llevando en sus brazos a una mujer joven vestida de novia. Sin soltarla, retiró la toalla: la tina estaba llena de sangre. Sin dejar de sujetar a la novia, comenzó a acariciarle los senos, el pubis y las piernas para acabar, cada vez más excitado, por sumergirla en la sangre. Se puso inmediatamente a frotarla con una víbora viva mientras ella cantaba un aria de ópera. Una mujer sumamente atractiva, con aires de vampiresa hollywoodiense, con un vestido largo dorado que le moldeaba el cuerpo, apareció sobre el escenario con un par de tijeras grandes en la mano. Varios hombres morenos se arrastraban hacia ella, ofreciéndole cada uno un enorme plátano que ella cortaba con sus tijeras riéndose a carcajadas...


Alejandro Jodorowsky. 
Psicomagia. 
Ediciones Siruela.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA






RESPUESTA


Lo cretino, en ti,
No excluye lo ruin.

Lo ruin, en tu sino,
No excluye lo cretino.

Así que eres, en fin,
Tan cretino como ruin.


Luis Cernuda

martes, 12 de agosto de 2014

Y ÓBOLO BAJO LA LENGUA






     SUEÑO DE SUEÑOS


Secreta noche herida de menguante
cae donde no hay agua ni tierra.
Marcha a cortar el filo de la luna,
mis raíces, que están donde no estuve.

...Traerán mi corazón, negra violeta
que se durmió en la orilla de otro sueño.
Lo he de llamar y no sabrá su nombre.
Me ha de cantar, y no he de comprenderle.

Y llevaré, camino en mediodía
de veinte cielos con opuestos soles,
mi angustia en veinte voces sin mi sangre.

He de llorar mil años sin mi llanto
y he de dormir mil años sin mis ojos
noche con veinte pétalos de luna.


Josefina Pla

miércoles, 22 de agosto de 2012

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





Ayer el niño… el esclavo mudo y lisiado que limpia las letrinas de las heces que excretan los diccionarios francos alrededor de hogueras que dan vida a la noche que muere. Limo mis uñas y mis dientes pero nada detiene el hambre feroz que me consume…

Hoy el joven… el esclavo apaleado al que tortura una infancia borrada a golpes de carretera y sangre, telarañas oxidadas, polvo y penumbra, desprecio, castigo y soledad. También pienso… maldita tara familiar… urdo pelajes de venganza que se venden con facilidad…

Mañana el adulto… el esclavo elegido para degollar vuestro sueño, el propio, el ajeno y el suyo, al amanecer, en silencio, mañana, sí, porque el día elegido jamás se viste de nada para nadie por nada. Solo soy el mensajero. Los dientes en el mirar, el revolver cargado en el alma y el odio, descomunal, en la memoria del humo de un cigarro que bailotea mi amenaza...


Y soy libre… dicen. Dudo.

Baldomero Dreira