Mi lista de blogs

Mostrando entradas con la etiqueta Orwell. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Orwell. Mostrar todas las entradas

domingo, 17 de enero de 2021

OBITER DICTUM






Recordaba las palabras del corresponsal con quien conversé durante mi primer día en Barcelona: «Esta guerra, como cualquier otra, es un fraude». El comentario, hecho en diciembre, me había desagradado profundamente y entonces no me pareció cierto; en mayo seguía sin parecerme cierto del todo, pero sí más que antes. Es sabido que toda guerra sufre una especie de degradación progresiva a medida que pasan los meses, porque cosas tales como la libertad individual y una prensa veraz no son compatibles con la eficacia militar.

George Orwell.

viernes, 29 de mayo de 2020

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE





LOS RECLUTAS NOVATOS

En realidad, los reclutas novatos no recibían adiestramiento militar alguno que pudiera servirles para algo. Se me había dicho que los extranjeros no estaban obligados a tomar parte en la «instrucción» (observé que los españoles tenían la conmovedora creencia de que todos los extranjeros sabían más que ellos sobre asuntos militares), pero, naturalmente, me presenté junto con los demás. Sentía gran ansiedad por aprender a utilizar una ametralladora; era un arma que nunca había tenido oportunidad de manejar. Con desesperación descubrí que no se nos enseñaba nada sobre el uso de armas. La llamada instrucción consistía simplemente en ejercicios de marcha del tipo más anticuado y estúpido: giro a la derecha, giro a la izquierda, media vuelta, marcha en columnas de a tres, y todas esas inútiles tonterías que aprendí cuando tenía quince años. Era una forma realmente extraordinaria de adiestrar a un ejército de guerrillas. Evidentemente, si se cuenta con sólo pocos días para adiestrar a un soldado, deben enseñársele las cosas que le serán más necesarias: cómo ocultarse, cómo avanzar por campo abierto, cómo montar guardia y construir un parapeto y, por encima de todo, cómo utilizar las armas. No obstante, esa multitud de criaturas ansiosas que serían arrojadas a la línea del frente casi de inmediato no aprendían ni siquiera a disparar un fusil o a quitar el seguro de una granada. En esa época ignoraba que el motivo de este absurdo era la total carencia de armas. En la milicia del POUM la escasez de fusiles era tan desesperante que las tropas recién llegadas al frente no disponían sino de los fusiles utilizados hasta ese momento por las tropas a las que relevaban. En todos los Cuarteles Lenin creo que no había más fusiles que los utilizados por los centinelas

George Orwell.
Homenaje a Cataluña.

Editorial Proyección.

lunes, 6 de noviembre de 2017

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE






REVOLUCIÓN


Había viajado a España con el proyecto de escribir artículos periodísticos, pero ingresé en la milicia casi de inmediato, porque en esa época y en esa atmósfera parecía ser la única actitud concebible. Los anarquistas seguían manteniendo el control virtual de Cataluña, y la revolución estaba aún en pleno apogeo. A quien se encontrara allí desde el comienzo probablemente le parecería, incluso en diciembre o en enero, que el período revolucionario estaba tocando a su fin; pero viniendo directamente de Inglaterra, el aspecto de Barcelona resultaba sorprendente e irresistible. Por primera vez en mi vida, me encontraba en una ciudad donde la clase trabajadora llevaba las riendas. Casi todos los edificios, cualquiera que fuera su tamaño, estaban en manos de los trabajadores y cubiertos con banderas rojas o con la bandera roja y negra de los anarquistas; las paredes ostentaban la hoz y el martillo y las iniciales de los partidos revolucionarios; casi todos los templos habían sido destruidos y sus imágenes, quemadas. Por todas partes, cuadrillas de obreros se dedicaban sistemáticamente a demoler iglesias. En toda tienda y en todo café se veían letreros que proclamaban su nueva condición de servicios socializados; hasta los limpiabotas habían sido colectivizados y sus cajas estaban pintadas de rojo y negro.

George Orwell.
Homenaje a Cataluña.

Editorial Proyección.

sábado, 10 de agosto de 2013

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE





ASQUEROSOS PIOJOS


Por aquel entonces todos teníamos piojos. Si bien seguía haciendo frío, la temperatura ya permitía su aparición. Sobre asquerosos bichos corporales tengo una amplia experiencia y puedo afirmar que, en cuanto a ensañamiento, el piojo sobrepasa a todo lo conocido. Otros insectos, los mosquitos por ejemplo, hacen sufrir más, pero, por lo menos, no son bichos residentes . El piojo a veces se asemeja a un diminuto cangrejo, y vive preferentemente en los pantalones. Aparte de quemar la ropa, no hay otra manera conocida de librarse de él. En las costuras de los pantalones depositan sus brillantes huevos blancos, como diminutos granos de arroz, que originan grandes familias a extraordinaria velocidad. Creo que a los pacifistas les sería útil ilustrar sus escritos con fotografías ampliadas de piojos. ¡Gloria de la guerra, sin duda! En la guerra, todos los soldados tienen piojos, al menos cuando hace bastante calor. Los hombres que lucharon en Verdún, Waterloo, Flandes, Senlac, Las Termópilas, todos ellos tenían piojos arrastrándose por sus testículos. Nosotros logramos mantenerlos a raya, hasta cierto punto, quemando los huevos y bañándonos con tanta frecuencia como podíamos soportarlo. Nada, sino la existencia de piojos, me hubiera arrastrado hasta ese río helado.

George Orwell.
Homenaje a Cataluña.
Editorial Proyección.