Mi lista de blogs

Mostrando entradas con la etiqueta Nimoy. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Nimoy. Mostrar todas las entradas

viernes, 17 de septiembre de 2021

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA







QUIERO APENAS


Presto cesó la nieve, como música.
Pájaros y verdes cruzan por el frío.
Vas a morir, me dicen. Tu enfermedad
es incurable. Sólo puede salvarte
el milagro que niegas.
Mas quiero apenas
arder como un sol rojo en tu cuerpo blanco.

Jorge Gaitán.

viernes, 31 de enero de 2020

OBITER DICTUM






«Así como los griegos, en el mito del eterno retorno, buscaban satisfacer su sed metafísica de lo «óntico» y de lo estático (pues, desde el punto de vista de lo infinito, el devenir de las cosas que vuelven sin cesar en el mismo estado es por consiguiente implícitamente anulado y hasta puede afirmarse que «el mundo queda en su lugar»), del mismo modo el «primitivo», al conferir al tiempo una dirección cíclica, anula su irreversibilidad. Todo recomienza por su principio a cada instante. El pasado no es sino la prefiguración del futuro. Ningún acontecimiento es irreversible y ninguna transformación es definitiva. En cierto sentido, hasta puede decirse que nada nuevo se produce en el mundo, pues todo no es más que la repetición de los mismos arquetipos primordiales.»


Mircea Eliade

domingo, 27 de septiembre de 2015

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE

 



INFORTUNIO Y FELICIDAD



«Has de saber que la razón necesita de la instrucción; que la instrucción nada vale sin la experiencia, y que la misma experiencia no se logra sino tras mucho esfuerzo y afán. El hombre es lo que el ejercicio ha hecho de él y nadie hay que pueda ser feliz sin haberse aprovechado de los consejos ajenos. Ahora bien: en la condición humana entra el dejar las cosas para más adelante y el contentarse con decir «tal vez» o «quizá», y sólo si se ve obligado a tomar una resolución, es cuando el hombre abrirá los ojos y adquirirá enseñanzas; pero aquel que recurra a su alma para ver claro, la encontrará vacía, si previamente no ha puesto su confianza en otros seres humanos. Al contrario, el hombre inteligente debe emplearse en hacer ejercicio y práctica de todo, antes de que las vicisitudes de la fortuna le obliguen a hacerlo. Ocupe, pues, su inteligencia y haga trabajar su atención pensando en las cosas, por miedo de tener que hacerlo un día a la fuerza, ya que el bienestar no es cosa que siempre dure. De este modo, si necesita recurrir a las experiencias de su alma, las encontrará, y si, por su suerte, no necesita recurrir a ellas, estimará en más la excelencia de su estado y sentirá mucho mayor placer, porque quien no conoce el infortunio no apreciará la felicidad como es debido.»



Abd Allãh Nãsir.

«Memorias».