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sábado, 30 de diciembre de 2017

OBITER DICTUM





«La reacción, en general, tiene, sin embargo, en todo el mundo, una tendencia antisemita. Israel combate en los frentes de la democracia y de la Revolución. Un escritor antisemita y reaccionario, Georges Batault, resume la situación en esta fórmula: "En tanto que los judíos internacionales juegan a dos cartas -Revolución y Sociedad de las Naciones- el antisemitismo juega a la carta nacionalista". El mismo escritor agrega que del sionismo se puede esperar una solución del problema judío. Los nacionalismos europeos trabajan por crear un nacionalismo judío. Porque piensan que la constitución de una nación judía libraría el mundo de la raza semita. Y, sobre todo, porque no pueden concebir la historia sino como una lucha de nacionalismos enemigos y de imperialismo beligerantes.»


José Carlos Mariategui

martes, 26 de diciembre de 2017

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE






EL VIEJO ALCALDE




“Mientras aguzábamos la vista para ver el resultado de las persecución, y después de que el perseguido y sus perseguidores se hubieran desvanecido entre los rebaños de vacas y los caballos que pastaban en la llanura, la tragedia se desarrollaba en circunstancias muy dolorosas. El joven oficial, cuyo hogar estaba a más de una jornada de nuestro distrito, había visitado la comarca en otra ocasión y recordó que tenía parientes en ella; así que, cuando escapó de sus captores, convencido de que tenían intención de de asesinarlo, se encaminó a casa del alcalde. Consiguió mantener la ventaja que les llevaba a sus perseguidores hasta llegar a la casa, saltó del caballo y entró en ella a toda prisa; allí se encontró con el viejo alcalde rodeado de las mujeres de la casa y se puso bajo su protección llamándole “tío”. El alcalde no era su tío en sentido estricto, sino un primo de su madre. Fue un momento espantoso: los nueve rufianes armados ya estaban a las puertas de la estancia y gritaban al dueño que les devolviera a su prisionero y amenazaban con pegarle fuego a la casa y matar a todos sus habitantes si rehusaba hacerlo. El viejo alcalde estaba en el centro de la habitación, rodeado de una multitud de mujeres y niños, entre ellas sus dos hermosas hijas, de veinte y veintidós años respectivamente, paralizadas de terror y gritándole que los salvara, mientras el joven oficial, de rodillas, le imploraba por la memoria de su madre, y por la Madre de Dios y por todo lo que considerase sagrado, que no le entregara para ser asesinado.
El pobre viejo no estuvo  a la altura de la situación, temblaba y sollozaba angustiado y por fin balbució que no podía protegerlo…, que debía salvar a sus hijas y a las mujeres y a los niños de los vecinos que habían buscado refugio en su casa. Los hombres de fuera, al oír cómo se desarrollaba la discusión, se acercaron a la puerta y sacaron finalmente al joven por un brazo, lo obligaron a montar de nuevo en su caballo y se lo llevaron. Deshicieron el camino andado unos seiscientos metros en dirección a nuestra casa, lo derribaron del caballo y le cortaron el cuello. “



W. H. Hudson. 
Allá lejos y tiempo atrás. 
Acantilado.


viernes, 22 de diciembre de 2017

ALLÁ EN LAS INDIAS




YERBA PONZOÑOSA


       “Por ser tan nombrada en todas partes esta yerba ponzoñosa que tienen los indios de Cartagena y Santa Martha, me pareció dar aquí relación de la composición de ella, lo cual es así. Esta yerba es compuesta de muchas cosas. Las principales yo las investigué y procuré saber en la provincia de Cartagena un pueblo de la costa llamado Bahayre, de un cacique o señor de él, que había por nombre Macuriz, el cual me enseñó unas raíces cortas de mal olor, tirante el color de ellas a pardas. Y díjome, que por la costa del mar junto a los árboles que llamamos manzanillos cavaban debajo de la tierra, y de las raíces de aquel pestífero árbol sacaban aquellas, las cuales queman en unas cazuelas de barro, y hacen de ellas una pasta y buscan unas hormigas tan grandes como un escarabajo de los que se cría en España, negrísimas y muy malas, que solamente de picar a un hombre se le hace una roncha y le da tan gran dolor, que casi lo priva de su sentido, como aconteció, yendo caminando en la jornada que hicimos con el licenciado Juan de Vadillo, acertando a pasar un río un Noguerol y yo, adonde aguardamos ciertos soldados que quedaban atrás, porque él iba por cabo de escuadra en aquella guerra adonde le picó una de estas hormigas que digo, y le dio tan gran dolor, que se le quitaba el sentido, y se le hinchó la mayor parte de la pierna y aun le dieron tres o cuatro calenturas del gran dolor, hasta que la ponzoña acabó de hacer su curso. También buscan para hacer esta mala cosa unas arañas muy grandes, y así mismo le echan unos gusanos peludos delgados cumplidos como medio dedo, de los cuales yo no me podré olvidar, porque estando guardando un río en las montañas que llaman de Abibe, abajó por un ramo de un árbol donde yo estaba uno de estos gusanos y me picó en el pescuezo, y llevé la más trabajosa noche que en mi vida tuve y de mayor dolor. Hácenla también con las alas del murciélago, y la cabeza y cola de un pescado pequeño que hay en el mar que ha por nombre peje tamborino de muy gran ponzoña, y con sapos y colas de culebras, y unas manzanillas que parecen en el color y olor naturales de España. Y algunos recién venidos de ella a estas partes, saltando en la costa, como no saben la ponzoña que es, las comen. Yo conocí a un Juan Agraz (que ahora le vi en la ciudad de San Francisco del Quito que es de los que vinieron de Cartagena con Vadillo, que cuando vino de España y salió del navío en la costa de Santa Martha comió diez o doce de estas manzanas, y le oí jurar que en el olor, color, y sabor no podían ser mejores, salvo que tienen una leche, que debe ser la malentia tan mala, que se convierte en ponzoña, después que las hubo comido pensó reventar, y si no fuera socorrido con aceite, ciertamente muriera. Otras hierbas y raíces también le echan a esta hierba, y cuando la quieren hacer aderezan mucha lumbre en un llano desviado de sus casas o aposentos, poniendo unas ollas buscan alguna esclava o india que ellos tengan en poco, y aquella india la cuece y pone en la perfección que ha de tener, y del olor y vaho que echa de sí muere aquella persona que la hace, según yo oí.”


Pedro de Cieza de León. 
Crónica del Perú.

jueves, 21 de diciembre de 2017

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE



AHORA SÍ QUE TOCA... O NO.


Se dice que ha cometido tal crimen aquel súbdito que ha intentado de algún modo arrebatar el derecho de la suprema potestad o entregarlo a otro. Digo ha intentado, porque, si sólo debieran ser condenados los que ya han llevado a cabo el hecho, casi siempre llegaría demasiado tarde la ciudad con la condena: después de haber sido arrebatado o transferido a otro su derecho. Digo, además, en general: quien intenta, de algún modo, arrebatar el derecho de la suprema potestad, porque no reconozco diferencia alguna en que de tal acción se siguiera clarísimamente un perjuicio o un beneficio para todo el Estado. Ya que, de cualquier forma que lo haya intentado, ha lesionado la majestad y con derecho es condenado. En caso de guerra, además, todos admiten que esa condena es sumamente justa. Por ejemplo, si uno no se mantiene en su puesto, sino que, sin saberlo su jefe, se dirige contra el enemigo, aunque, a su juicio, la hazaña emprendida estuviera bien planteada y hubiera vencido al enemigo, con derecho es condenado a muerte, porque ha violado el juramento y el derecho del jefe del ejército. No todos, sin embargo, ven con igual claridad que todos los ciudadanos, sin excepción, estén siempre obligados por este derecho; la razón, no obstante, es siempre la misma. Pues, como el Estado sólo debe ser conservado y dirigido por el consejo de la suprema potestad y todos han pactado, sin reserva alguna, que este derecho le compete a ella, si alguien ha decidido por sí solo, sin conocimiento del consejo supremo, resolver un asunto público, aunque de ahí se derivara, como hemos dicho, un beneficio seguro para la ciudad, ha violado el derecho de la suprema potestad y ha lesionado la majestad, y es con derecho condenado.

Baruch de Spinoza.

Tratado teológico-político.

martes, 19 de diciembre de 2017

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA








VI


Ya se acerca el Otoño, y antes
De disfrutarlo, habrá pasado.
Como la Primavera, como el Verano…
Gocemos estas noches, oh mi Reina,
Antes de que el Invierno enfríe nuestros cuerpos.
Ven. Déjame contemplarte.
Bésame. Desnúdate.
Baila para mí.
Somos la luz del mundo.
Y que la Muerte, pájaro de la luna,
Nos encuentre durmiendo,
Derribadas las copas, soñando en el Edén.

José María Álvarez.

domingo, 17 de diciembre de 2017

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE







UN JUDÍO EN PARÍS


De pronto ocurrió un lance que pudo costarme muy caro. Delante de nosotros, a bastante distancia, un numerosísimo grupo antidreyfusista, se apiñaba profiriendo en gritos iracundos contra Zola y los judíos. Repentinamente, como por ensalmo, los gritos cesaron para comenzar en seguida. Todos voceaban:
       —¡Un judío... un judío!... ¡A ese, que es judío!...
Advertimos en la muchedumbre un movimiento extraño, e inmediatamente Luisa y yo, presintiendo un grave peligro quisimos apartarnos de allí, huyendo del centro del paseo hacia la acera más próxima. Luisa corría delante de mí, repitiendo:
       —Ven, ven...
Pero ya no pudimos, porque a los dos la emoción de lo trágico acababa de encadenarnos al suelo. Del fondo negro formado por los gabanes y obscuros trajes de los manifestantes, surgía el rostro lívido, espantosamente lívido, de un hombre que huía; y tras aquel semblante descompuesto por el terror, otros semblantes, pálidos ó rojos, descompuestos por la ira.
       —¡A ese, a ese, que es judío! ¡Matadle ahí!— rugían quinientas gargantas.
La emoción me había quitado todo movimiento y mis ojos se dilataban abarcando el horror de la innoble escena; Luisa me llamaba inútilmente desde lejos. El pobre judío perseguido corría hacia mí derechamente; había perdido el sombrero y sobre su frente cubierta de sangre los cabellos se erizaban; tenía los labios exangües; en sus ojos, de par en par abiertos por el miedo, creí leer una súplica dirigida a mí; la súplica de no lastimarle, de no atajarle en su huida... Era un hombre de treinta y cinco a cuarenta años, alto y vigoroso; los que le acosaban de más cerca, eran quince a veinte estudiantes, jovenzuelos barbilampiños en su mayoría, que se disputaban el placer innoble de golpear a mansalva sobre la pobre víctima: uno le daba un puntapié en los riñones; aquél, queriendo acogotarle, le desgarraba el cuello; otro, de un bastonazo en la cabeza, le derribó. Entonces todos le rodearon: algunos, por el impulso adquirido en la carrera, no pudieron detenerse y pasaron sobre el infeliz caído; pero muy luego volvieron sobre sus pasos y todos fueron a pisotearle, a insultarle, a escupirle... Aun pudo la víctima levantarse y continuó caminando, siempre hacia mí; ya no corría, el terror, sin duda,' paralizaba sus piernas y limitábase a andar, alelado, humillando la cabeza y el busto bajo los golpes.
       —¡Es un perro judío! —gritaban todos— ¡acabemos con él!...


Eduardo Zamacois. 
De mi vida. 
Editorial Sopena.

sábado, 16 de diciembre de 2017

OBITER DICTUM






“Los bolcheviques han dado forma estatal a las experiencias históricas y sociales del proletariado ruso, que son las experiencias de la clase obrera y campesina internacional; han sistematizado en un organismo complejo y ágilmente articulado su vida íntima, su tradición y su más profunda y apreciada historia espiritual y social. Han roto con el pasado, pero han continuado el pasado; han despedazado una tradición, pero han desarrollado y enriquecido una tradición; han roto con el pasado de la historia dominado por las clases poseedoras, han continuado, desarrollado, enriquecido la tradición vital de la clase proletaria, obrera y campesina. En eso han sido revolucionarios y por eso han instaurado el nuevo orden y la nueva disciplina. La ruptura es irrevocable porque afecta a lo esencial de la historia, sin más posibilidad de vuelta atrás que el desplomamiento sobre la sociedad rusa de un inmenso desastre. Y era esta iniciación de un formidable duelo con todas las necesidades de la historia, desde las más elementales a las más complejas, lo que había que incorporar al nuevo Estado proletario, dominar, frenar, en las funciones del nuevo Estado proletario.”


Antonio Gramsci





sábado, 9 de diciembre de 2017

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE





ELDORADO EN BERLÍN


Me dicen que este vicio tuvo su periodo culminante en lo que los alemanes llaman «el gran tiempo», la Alemania exuberante de antes de la guerra. Fue, según parece, una secuela del militarismo; Alemania era un cuartel, y por entre la férrea disciplina de los cuarteles, el apetito sexual se torcía y deformaba para ir a dar en el homosexualismo. Este es hoy una institución, por lo visto, tan respetable como cualquier otra. Los homosexuales tienen en Berlín sus casinos, sus cabarets, sus periódicos. He quedado sorprendido repasando varias publicaciones homosexuales de las que están llenos los quioscos, en las cuales se defiende con argumentaciones de carácter científico y hasta religioso esta aberración. Han llegado algunos tipos de homosexuales a tal grado de perfección en este anhelo de emular y superar a la mujer, que el tenorio callejero tiene que tener un exquisito cuidado en sus escarceos, porque pueden ocurrirle lamentabilísimas equivocaciones. La Policía consiente a los homosexuales andar por las calles de Berlín disfrazados de mujer, con la sola condición de que el disfraz sea tan perfecto que no se advierta la superchería. A todos los extranjeros que pasan por Berlín se les brinda la ocasión de ir a visitar el típico cabaret de homosexuales: Eldorado. Es un cabaret exactamente igual a todos los demás —tan aburrido y triste como todos—, con la sola diferencia de que las tanguistas que merodean por los palcos y se lucen en el parquet no son mujeres. Hombres, yo no puedo asegurar que lo sean. Las estrellas de la danza que actúan en este cabaret son igualmente de ese género neutro que la civilización produce con tanto refinamiento y perfección. Uno las ve danzar artísticamente, semidesnudas, y se asusta un poco al pensar que también esto es una cuestión puramente metafísica. La mujer, por su parte, al mismo tiempo que el hombre, se entrega a idéntica aberración. El espectáculo que estas chicas «equivocadas» —llamémoslas así— dan en los sitios públicos, no por frecuente y tolerado en Berlín, puede referirse circunstancialmente en España. Ya he dicho que la interpretación de la moral es una simple cuestión de latitud. Estos casos de anormalidad sexual que se dan en todas partes y son tan viejos como el mundo no merecerían siquiera un comentario si no fuese porque su porcentaje es tan elevado, que toman ya la categoría de hecho social. Los hombres de ciencia alemanes no se empeñan en desconocerlos ni los ocultan. Por el contrario, hay una formidable acción científica encaminada a la corrección de estas anormalidades, atacándolas tan de frente, con tanta claridad y crudeza, que al recordar por contraste la pudenda intervención del Gobierno español en aquel malogrado curso de Eugenesia que se intentó en Madrid, se piensa en que este Gobierno y estos hombres de ciencia están locos o en España somos gente de una hipersensibilidad moral.


Manuel Chaves Nogales.

La vuelta a Europa en avión. 

Editorial Mundo Latino.

viernes, 8 de diciembre de 2017

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA






VIDA SÚBITA


Y de que vivió, preguntan asombrados:

vivió de vida natural,
vivió de encantamiento, de un fuerte golpe,
de un pulmón que le salió magnífico.

Tenía horas y horas para volar, para bailar,
para morirse de la risa.
Daba cosa mirarlo tan contento
como si no esperara nada.

Tenía unos pies estupendos
con los que se paseó dos o tres veces
a todo lo ancho y lo largo
y le sobrevino la vida de repente
sin que supiéramos por qué,

nada más lo vimos alegrarse y alegrarse,
se infló como un globo de dicha
y apareció ante nuestra vista
de un modo radical, definitivo, eterno.


Alejandro Aura

lunes, 4 de diciembre de 2017

OBITER DICTUM






“Cuando los mencheviques nos echaban en cara el haber renegado de nuestro antiguo programa y, por lo mismo, de la doctrina de Carlos Marx, les respondíamos que, según la doctrina de Marx, los programas no salen de cerebros, sino que los plasma la vida. Cuando la vida ha cambiado profundamente, tampoco puede el programa permanecer el mismo. En invierno se usan las pieles. En verano sólo un loco llevaría una piel. Lo mismo ocurre en política. El mismo Carlos Marx es quien nos ha enseñado a tener en cuenta las condiciones históricas contingentes y a obrar en consecuencia. Esto no quiere decir que debamos cambiar de convicciones como una señora se muda de guantes. El objetivo primordial de la clase obrera es la realización del orden social comunista. Este es el objetivo constante e inmutable de la clase trabajadora. Se comprende que, según la distancia a que ésta se encuentra de esta meta, variarán sus reivindicaciones inmediatas. Durante el régimen autocrático la clase obrera debía actuar en secreto, dado que su partido era perseguido como una asociación de delincuentes. Ahora la clase obrera está en el Poder, y su partido es el partido gobernante. Sólo una persona anormal pretendería que el programa de 1903 sea todavía válido en nuestros días. El cambio de las condiciones internas de la vida política rusa, parte del cambio de toda la situación internacional, han provocado la necesidad de efectuar un cambio de programa.”


Nikolái Bujarin

sábado, 2 de diciembre de 2017

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA






LA PAVANA DE LOS AMANTES


I

Para que vean los ciegos
tus ojos vuelan.

Por el niño sin brazos
tus manos sueñan.

Para acabar las sombras
tu boca quema.

Ojos, manos y boca
tú y yo en la tierra

             II

             Para no olvidar tu rostro
             ha nacido mi memoria.

             Porque estés siempre conmigo
             he de hacer de ti mi sombra.

             Amor, transformar la vida
             es sólo entrar en la historia.


                                        Juan Bañuelos