“Cuando los mencheviques nos echaban en cara el haber renegado de
nuestro antiguo programa y, por lo mismo, de la doctrina de Carlos Marx, les
respondíamos que, según la doctrina de Marx, los programas no salen de
cerebros, sino que los plasma la vida. Cuando la vida ha cambiado
profundamente, tampoco puede el programa permanecer el mismo. En invierno se
usan las pieles. En verano sólo un loco llevaría una piel. Lo mismo ocurre en
política. El mismo Carlos Marx es quien nos ha enseñado a tener en cuenta las
condiciones históricas contingentes y a obrar en consecuencia. Esto no quiere
decir que debamos cambiar de convicciones como una señora se muda de guantes.
El objetivo primordial de la clase obrera es la realización del orden social
comunista. Este es el objetivo constante e inmutable de la clase trabajadora.
Se comprende que, según la distancia a que ésta se encuentra de esta meta,
variarán sus reivindicaciones inmediatas. Durante el régimen autocrático la
clase obrera debía actuar en secreto, dado que su partido era perseguido como
una asociación de delincuentes. Ahora la clase obrera está en el Poder, y su
partido es el partido gobernante. Sólo una persona anormal pretendería que el
programa de 1903 sea todavía válido en nuestros días. El cambio de las
condiciones internas de la vida política rusa, parte del cambio de toda la
situación internacional, han provocado la necesidad de efectuar un cambio de
programa.”
Nikolái
Bujarin