“Muchas veces me he preguntado por qué,
en general, se escriben sobre literatura cosas tan peregrinas, tan
improcedentes y desorientadoras. La respuesta es que la crítica no conoce, en
general, el contenido de la creación literaria. Toda literatura que merezca
este nombre no posee otro contenido que el alma como vibración del yo en el
tiempo. Pero la crítica suele pensar que la literatura se propone o tiene que
enseñar, debe ofrecer modelos de vida, estudios de caracteres, exploraciones de
una vocación, el medio ambiente, etc., todo lo cual es accesorio y casi siempre
azaroso. Para ningún auténtico literato se da una “selección de material”. Pero
este punto es siempre objeto de crítica, mientras que nadie pregunta a un tenor
por qué no canta de bajo.”