CAMUS, NIETZSCHE Y EL CRISTIANISMO
Si ataca al cristianismo en particular lo hace
solamente como moral. Deja siempre intactos la persona de Jesús, por una parte,
y los aspectos cínicos de la
Iglesia, por la otra. Se sabe que admiraba a los jesuitas
como conocedor. “En el fondo –escribe—sólo el Dios moral es refutado”. Cristo
para Nietzsche como para Tolstoi, no es un rebelde. Lo esencial de su doctrina
se resume en el asentimiento total, la no resistencia al mal. No hay que matar,
ni siquiera para impedir que se mate, hay que aceptar al mundo tal como es,
negarse a aumentar su desdicha, pero consentir en sufrir personalmente el mal
que contiene. El reino de los cielos se halla inmediatamente a nuestro alcance.
No es sino una disposición interior que nos permite poner nuestros actos en
relación con estos principios y que puede darnos la beatitud inmediata. El
mensaje de Cristo, según Nietzsche, es: no la fe, sino las obras. Desde
entonces, la historia del cristianismo no es sino una larga traición a este mensaje.
El Nuevo Testamento está ya corrompido y, desde Pablo hasta los Concilios, el
servicio de la fe hace olvidar las obras.
¿Cuál
es la corrupción profunda que el cristianismo agrega al mensaje de su maestro?
La idea del juicio, ajena a la enseñanza de Cristo, y las nociones correlativas
de castigo y recompensa. Desde ese instante la naturaleza se convierte en
historia, e historia significativa; nace la idea de la totalidad humana. Desde
la buena nueva hasta el juicio final de la humanidad no tiene otra tarea que la
de ajustarse a los fines expresamente morales de un relato escrito de antemano.
La única diferencia consiste en que los personajes en el epílogo, se dividen
por sí mismos en buenos y malos. En tanto que el único juicio de Cristo
consiste en decir que el pecado natural no tiene importancia, el cristianismo
histórico hará de toda la naturaleza la fuente del pecado. “¿Qué es lo que
niega Cristo? Todo lo que lleva al presente el nombre de cristiano”. El
cristianismo cree luchar contra el nihilismo, porque da una dirección al mundo,
pero él mismo es nihilista en la medida en que, imponiendo un sentido
imaginario a la vida, impide que se descubra su verdadero sentido: “Toda la Iglesia es la piedra
colocada sobre el sepulcro de un hombre-dios; que trata, por la fuerza, de
impedir que resucite” La conclusión paradójica, pero significativa, de
Nietzsche es que Dios ha muerto a causa del cristianismo, en la medida en que
éste ha secularizado lo sagrado. Se refiere aquí al cristianismo histórico y a
“su duplicidad profunda y despreciable”.
El mismo razonamiento hace Nietzsche ante el
socialismo y todas las formas de humanitarismo. El socialismo no es sino un
cristianismo degenerado. Mantiene, en efecto, esa creencia en la finalidad de
la historia que traiciona a la vida y a la naturaleza, que substituye a los
fines reales con fines ideales y contribuye a enervar las voluntades y las
imaginaciones. El socialismo es nihilista, en el sentido en adelante preciso
que confiere Nietzsche a esa palabra. El nihilista no es quien no cree en nada,
sino quien no cree en lo que es. En ese sentido, todas las formas de socialismo
son manifestaciones todavía degradadas de la decadencia cristiana. Para el
cristianismo, recompensa y castigo suponían una historia. Pero, en virtud de
una lógica inevitable, la historia entera termina por significar recompensa y
castigo: ese día nace el mesianismo colectivista. Así, la igualdad de las almas
ante Dios lleva, habiendo muerto Dios, a la igualdad simplemente. Nietzsche
combate también las doctrinas socialistas como doctrinas morales. El nihilismo,
ya se manifieste en la religión o en la predicación socialista, es el resultado
lógico de nuestros valores llamados superiores. El espíritu libre destruirá
esos valores, denunciando las ilusiones en que se basan, el regateo que suponen
y el crimen que cometen al impedir que la inteligencia lúcida cumpla su misión:
transformar el nihilismo pasivo en nihilismo activo.
Albert
Camus.
El hombre rebelde.
Editorial Losada.
El hombre rebelde.
Editorial Losada.