Yo, que últimamente
me he recogido en mi casa decidido en cuanto de mi voluntad dependa a pasar en
reposo y solo la poca vida que me queda, pareciome no poder prestar beneficio
mayor a mi espíritu que dejarlo en plena libertad, abandonado a sus propias
fuerzas, que se detuviese donde tuviera por conveniente, con lo cual esperaba
que pudiera en lo sucesivo adquirir mayor madurez mas yo creo que, como
Variam semper dant otia mentem...
ocurre precisamente
lo contrario. Cuando el caballo escapa solo, toma cien veces más carrera que
cuando el jinete lo —conduce; mi espíritu ocioso engendra tantas quimeras,
tantos monstruos fantásticos, sin darse tregua ni reposo, sin orden ni concierto,
que para poder contemplar a mi gusto la ineptitud y singularidad de los mismos,
he comenzado a poneros por escrito, esperando con el tiempo que se avergüence
al contemplar imaginaciones tales.
Michel
de Montaigne