EN EL FUEGO DE LA GUARDIA
“Llegados
los çinco días de plazo señalado de los chalcas y mexicanos, dixo Monteçuma a
Çihuacoatl Tlacaeleltzin: "¿Qué os paresçe que se haga agora? ¿Si será
bueno bayan otros nuebos soldados de rrefresco al conbate con los balerosos
capitanes y soldados?" Partidos los delanteros como guardas y miradores,
escuchas, la parte que llaman Techichco, y bisto a los chalcas, dixeron los
mexicanos: "Chalcas, siempre abéis de beniros aquí a parar. ¿Qué es
buestra pretençión?" Dixeron los chalcas: "Es, enfín, nras tierras.
Emos de mirallas y guardallas". Dixeron los mexicanos: "Agora lo
beremos si lleuaréis a cuestas uras tierras o las dexaréis de grado o de
fuerça. Por eso, chalcas, mirá lo que hazéis, uno ni nenguno a de boluer a su
tierra". Y començó luego el estruendo y bozería, alaridos, con tanto
ynpitu los mexicanos hizieron los binieron a ençerrar la parte que llaman Acaquilpan.
Començando a apretallos más rrezio, los lleuaron a los chalcas hasta
Tlapitzahuayan. Entonçes los chalcas di dixeron: "Mexicanos, bueno está
agora. De aquí a çinco días bolueréis, que aquí os aguardaremos en este lugar,
porque para tonçes çelebramos la fiesta de nro dios Camaxtli y para tonçes
haremos nra fiesta y bosotros nos adornaréis con buestra sangre nro templo. Yd
agora a descansar, que xamás çesaremos hasta la fin". Llegados a Mexico
Tenuchtitlam, cuentan a Monteçuma todo lo proçedido la guerra con los chalcas y
como queda aplazada la última batalla para dentro de çinco días, con amenazas
los chalcas les hizieron de que para tonçes an de çelebrar la fiesta de su dios
de ellos, Camaxtli, "y abíam con nra sangre de derramarla por todo su templo".
Y dixeron: "Muy bien, que dios más abentaxado es el nro, Huitzilopuchtli
huei tetzahuitl. Que ellos dixeron harán de nosotros, lo emos de hazer de
ellos, y no solamente su sangre sino echallos en el fuego de la guardia de nro
dios". Llegados al quarto del plazo, llamaron Monteçuma y Çihuacoatl
Tlacaeleltzin a los balerosos capitanes Tlacateecatl y a Tlacochcalcatl,
dixéronles: "Mirá, preçiados mexicanos, que no a de quedar uno ni nenguno
de los mexicanos si no fueren los muy biexos y niños y muchachos de diez años,
porque hasta los de doze años an de yr a esta guerra, stos lleuarán cargados
las armas y matalotaxe y lleuarán sogas para amarrar a los prendidos y bençidos
en la guerra de los chalcas.”
Hernando Alvarado Tezozómoc.
Crónica Mexicana.
Crónica Mexicana.