«La neutralidad del elemento armado ante las contiendas políticas es la buena doctrina. Esta buena doctrina en España se ha olvidado con demasiada frecuencia; pero hay que convenir que de ordinario fueron personas extrañas a los organismos castrenses las que, explotando el espíritu romántico de éstos, les indujeron a tomar parte en las luchas, para luego proceder contra ellos, so pretexto de extirpar un militarismo que se cultivó para apoyarse en él.»
Emilio Mola.