La catástrofe del Machichaco está
en la memoria de todos los santanderinos. Llevaba dinamita no declarada y a
poco de comenzar el incendio, que llevó al muelle a centenares de curiosos, el
barco hizo explosión, dejando parte de la ciudad en escombros, matando a mucha
gente y lisiando a la mitad de las modistillas de la ciudad. Mi padre, que
estaba hablando con Arturo Pombo, salió despedido. Le pusieron entre los
cadáveres y la casa de mi madre se llenó de amistades compungidas. Por fortuna
luego se vio que no estaba sino herido y magullado.
César
González-Ruano.