DONDE LA BRISA...
Porque tal es el
rostro del fracaso
que el espejo devuelve
ciegamente
aun antes de llegar,
dulce y demente,
el último rescoldo del
ocaso:
frente de la obsesión
y del rechazo,
ojos que sólo vieron
lo renuente,
nariz que impide el
aire, boca ausente
en su amargo sabor:
extraño vaso
a punto de volverse
puro hueso:
porque tal es el fin,
tal la ceniza
cuyo suave huracán
todo lo arrasa,
dejar de letras quise
un ramo grueso
que ardiera un poco
más donde la brisa
orea la aridez, sonríe
y pasa.
Cintio Vitier