CRIOLLOS Y PODER
«En este ocaso del Imperio Español de América, los criollos americanos, cepa de la estructura de poder de todas las futuras repúblicas independientes, viven emociones y sentimientos contradictorios. La rebeldía exitosa de los colonos ingleses de América del Norte los fascina. Aspiran a ejercer todo el poder, a tener todos los honores, en lugar de tener que admitir la tutela de España, ejercida por funcionarios peninsulares. Pero a la vez, como amos en una sociedad esclavista, se saben rodeados de enemigos. No sólo los indios en apariencia sumisos, pero que de vez en cuando estallan en rebelión, como en el Perú en 1780; o como en México en 1624 y 1692; sino además los negros bárbaros y violentos y los pardos humillados y resentidos. En el motín de 1692 los esclavos negros, los pardos y hasta los blancos pobres, llamados en México saramullos , para distinguirlos de los orgullosos criollos , habían terminado por hacer causa común con los indios en una explosión de cólera contra toda autoridad y toda riqueza.»
Carlos Rangel.
Del buen salvaje al buen revolucionario.
Monte Ávila Editores.