El
agua une sus vidrios, cubre los rombos negros. Sobre el azulejo van apareciendo
las sombras, los gestos, el rondel de las cúpulas.
Ya
repercuten
los oros, los rostros
visibles a cada golpe de agua.
En los jardines negros
entre
columnas húmedas,
los conos de las tumbas.
Severo
Sarduy.