NO TARDARÉ.
NO LLORES…
No tardaré. No llores.
Yo para ti he cogido
del áspero romero azules flores;
las aves en su nido;
cristales en las grutas;
las mariposas en su vuelo incierto;
y de los viejos árboles del huerto
las sazonadas frutas.
Y he aprendido las lánguidas
querellas
que cantan al bajar de la montaña
los grupos de doncellas; y la
conseja extraña
que, mientras silba ronco
el viento en la vetusta chimenea,
cuenta alrededor del encendido
tronco
el viejo de la aldea.
Porfirio
Barba.