ENTRE LIMA Y TEHERÁN
“Hay más profunda diferencia entre la vida social y
los aspectos urbanos de París y Londres, que entre Lima y Teherán. Parece
increíble que baste una hora y media de navegación, el espacio que un hombre
atraviesa a nado, para operar una transformación tan completa. Salir de una
calle de París para entrar diez horas después en una de Londres, observar el
aspecto, la fisonomía moral del Támesis, después de haber pasado un par de
horas estudiando el movimiento del Sena, da la sensación de haberse trasportado
en el hipogrifo de Ariosto a la región de los antípodas.
Nunca me ha fatigado la flânerie en las calles de
Londres; no hay libro más elocuente e instructivo sobre la organización
política y social del pueblo inglés. No intento hacer una descripción de lo que
en ellas he visto, sentido, porque las páginas se suceden a medida que los
recuerdos se agolpan, y tengo ya prisa por dejar la Europa y hundirme en las
regiones lejanas de los trópicos. Pero aún tengo presente aquella rápida
recorrida del British Museum, en que empleamos tres o cuatro horas con Emilio
Mitre, cuya ilustración excepcional e inteligencia elevada, hacen de él un
compañero admirable para excursiones. ¡Qué lucha aquélla, de uno contra otro,
pero casi siempre de ambos contra nosotros mismos! Metidos en Nínive y
Babilonia, el tiempo corría insensible, mientras el Egipto, a dos pasos, nos
miraba gravemente con los grandes ojos de sus esfinges de piedra o no parecía
oír piafar los caballos del Partenón en los mármoles de lord Elguin…”
Miguel Cané. En viaje.
Biblioteca Ayacucho.