Como poeta autentico
que soy y seré hasta mi muerte, no cesaré de darme golpes con las disciplinas
en espera del chorro de sangre verde o amarillo que necesariamente y por fe
habrá mi cuerpo de manar algún día. Todo menos quedarme quieto en la ventana
mirando el mismo paisaje. La luz del poeta es la contradicción.
Federico García
Lorca