EL RETORNO
Vieja alameda triste
en que el árbol medita,
en que la nube azul
contagia su quebranto
y en que el rosal se
inclina al viento que dormita:
te traigo mi dolor y
te ofrezco mi llanto.
He vuelto. Soy el
mismo. La misma sed que me aqueja
y embelesa mi oído
idéntica canción,
y soy aquel que ama el
minuto que deja
un poco más de llanto
dentro del corazón.
He vuelto. A tu
silencio otoñal, he buscado
vanamente mis huellas
entre todas las huellas,
y mi ilusión es una
hoja muerta de aquellas
que estremecía el
viento y que el sol ha dorado.
Y mientras quiero
acaso recomenzar la senda
y un mal irremediable
consume los destellos
del sol, vieja
alameda, y te guardo mi ofrenda,
tú contemplas mis ojos
y miras mis cabellos
Salvador
Novo