CATEDRAL DE SAN BASILIO
«La muralla del Kremlin o Kreml se alza en el otro extremo con sus puertas abiertas en las torres de tejados puntiagudos y que permiten ver por encima de sus almenas las cúpulas, los campanarios y las agujas de las iglesias y conventos que encierra. En la otra esquina, extraña como la arquitectura de un sueño, se levanta quiméricamente la imposible catedral de San Basilio, Vasili-Blazhénoi, que hace que se dude de si los ojos son testigos fiables. Se la ve con todas las apariencias de la realidad, y uno se pregunta si no se trata de un espejismo, de un edificio hecho de nubes que el sol colorea y que el temblor del aire va a deformar o hacer que se desvanezca. Es, sin duda alguna, el monumento más original del mundo, no se parece a ninguno de los que hemos visto y no se relaciona con ningún estilo: se diría una gigantesca madrépora, una cristalización colosal, una gruta de estalactitas invertida. Pero no busquemos comparaciones para dar idea de algo que no tiene ni prototipo ni similar. »
Theophile Gautier.
Viaje por Rusia.
Editorial Laertes.