“En
América Central, en el momento de la conquista española, la capital azteca
Tenochtitlán gozaba de un prestigio que llevó a los españoles a fundar sobre sus
ruinas la capital de su Nueva España, la actual ciudad de México, en lugar de
elegir a Veracruz, su base marítima, como asiento del gobierno, tal como los
británicos gobernaron a la India, al principio, desde Calcuta. La prontitud con
que los españoles instalaron en el interior la sede del gobierno de América
central contrasta con la relativa lentitud con que los británicos, en la India,
trasladaron su capital de Calcuta a Delhi. La fuerza del prestigio de la
situación de Tenochtitlán es notable, considerando que para la fecha de la
conquistas españolas los fundadores del imperio azteca que habían estado
operando desde Tenochtitlán ya habían tenido tiempo de ganarse el odio de sus
víctimas de América central, pero no para completar su empresa de fundar un
imperio.”
Arnold
Toynbee.