Un ciudadano suizo,
culpable de un robo verificado en una iglesia de Samen, ha sido condenado a lo
siguiente: «Un cuarto de hora de argolla, vigilado por el verdugo, á 60 palos
dados públicamente por el ejecutor de la justicia, a tirar durante cinco años de
un carretón, á diez años de internación en su distrito natal, a no poder
casarse jamás, a la pérdida de sus derechos civiles y políticos, á ejercicios
piadosos, a hacer penitencia en la iglesia, con un báculo en la mano, y una
cuerda al cuello, á daños y perjuicios y a los gastos del juicio.»
Gorgonio
Petano