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viernes, 28 de febrero de 2020

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





           SENSACIÓN DEL INVIERNO EN LA TIERRA

Al sol le duelen los huesos (el infeliz está resfriado con espanto); a intervalos lleva el pañuelo a las narices, estornuda, y se abre a ras de lo infinito el fabuloso capullo del trueno, los charcos piojentos se entretienen copiando la figura del enfermo más enfermo, y su mirada gris enfría el horizonte.


Los pájaros caen muertos en la jaulas, el azul dinamismo infantil, la alegría del niño, vegetal e inminente, simplísima, juega con sus cadáveres al fútbol, y las secas, lúgubres viejas lamentables deshilan sueños de quince abriles.


Pablo de Rokha.

miércoles, 26 de febrero de 2020

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE





EL MAESTRO DE MÚSICA


Una de mis cruces en el pueblo eran las visitas del marido de la maestra, que en otros tiempos había sido maestro de música. Era un hombre de edad, con espesos bigotes grises y unos ojos redondos e inexpresivos jaspeados de blanco, que había nacido en el norte de España. Sentía profundamente la fatalidad de verse exiliado en una aldea bárbara, donde no había ni un café ni un paseo , y apenas se jugaba a las cartas. Para suplir estos esparcimientos me hacía interminables visitas en la presunción de que, como inglés, yo debía también sufrir por ello. Era una de esas personas —de ellas hay muchas en España— que creen que cuantas más veces se diga una cosa más cierta es, y, por eso, siempre que me visitaba su conversación era la misma. Tan pronto como agotábamos el tema de los dolores de cabeza de su mujer y su propio lumbago, comenzaba el tema tópico de las diferencias entre Inglaterra y Andalucía.
—¿Ustedes, en Inglaterra, no gozan mucho del sol?
—No, don Eduardo; muy poco.
—¿Siempre está lloviendo?
—Sí, casi siempre.
—¿Y hay niebla?
—Sí, hay niebla.
—Sin embargo, ¿pueden ustedes cultivar naranjas?
—No, hace demasiado frío para eso. Nuestras frutas son sólo las manzanas y las ciruelas.
—Y, naturalmente, aceitunas.
—Desafortunadamente, no. Las aceitunas necesitan sol.
—Eso sí que es raro. Siempre había oído decir que, gracias a las corrientes cálidas del golfo de México, eran ustedes capaces de cultivar plantas de climas meridionales.
—Ni una.
—Pero seguramente tendrán higueras.
—Sí, en algunos sitios; pero por lo general su fruto no madura.
—¡Ah!, de manera que higueras. Ya me imaginaba…, ¿y también tienen ustedes almendros?
—No, en absoluto.

Gerald Brenan.

Al Sur de Granada.
Tusquets  Editores.

sábado, 22 de febrero de 2020

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA





Solo, para soportar el peso de mis palabras:

Las que no se dicen y coagulan un trozo de alma.

Convertido en mi propio presidio, tiendo ante mí el callejón pampeano de mis anhelos, para caminar inconsolablemente, lastimando mis dolores.

No quiero guías que confundan mi rumbo.

No quiero amigos sobre quienes pesar egoístamente.

Sé, que solo las llegadas, que son cansancio, pueden fructificar en partidas, que son victoria.

Ceder y poseer están dormidos en lo más solitario de mi intimidad.

Sé, que únicamente, cuando el silencio ha cerrado todas las puertas que la inquietud le inflige como espuelas, puedo encontrar; en mi alma, la acequia cantora de mi fuerza.


                                            Ricardo Güiraldes.

martes, 18 de febrero de 2020

ALLA EN LAS INDIAS





DESGRACIA Y FORTUNA


Navegando una carabela por nuestro mar Océano tuvo tan forzoso viento de levante y tan continuo, que fue a parar en tierra no sabida ni puesta en el mapa o carta de marear. Volvió de allá en muchos más días que fue; y cuando acá llegó no traía más que al piloto y a otros tres o cuatro marineros, que, como venían enfermos de hambre y de trabajo, se murieron dentro de poco tiempo en el puerto. He aquí cómo se descubrieron las Indias por desdicha de quien primero las vio, pues acabó la vida sin gozar de ellas y sin dejar, a lo menos sin haber memoria de cómo se llamaba, ni de dónde era, ni qué año las halló. Bien que no fue culpa suya, sino malicia de otros o envidia de la que llaman fortuna. Y no me maravillo de las historias antiguas que cuenten hechos grandísimos por chicos o oscuros principios, pues no sabemos quién de poco acá halló las Indias, que tan señalada y nueva cosa es. Quedáranos siquiera el nombre de aquel piloto, pues todo con la muerte fenece. Unos hacen andaluz a este piloto, que trataba en Canaria y en la Madera cuando le aconteció aquella larga y mortal navegación; otros vizcaíno, que contrataba en Inglaterra y Francia; y otros portugués, que iba o venía de la Mina o India, lo cual cuadra mucho con el nombre que tomaron y tienen aquellas nuevas tierras. También hay quien diga que aportó la carabela a Portugal, y quien diga que a la Madera o a otra de las islas de los Azores; empero ninguno afirma nada. Solamente concuerdan todos en que falleció aquel piloto en casa de Cristóbal Colón, en cuyo poder quedaron las escrituras de la carabela y la relación de todo aquel largo viaje, con la marca y altura de las tierras nuevamente vistas y halladas.

Francisco López de Gomara.

Historia de la conquista de México.

viernes, 14 de febrero de 2020

OBITER DICTUM





Llegamos al parque de las Buttes Chaumont, nos asomamos a la gran hondonada con su lago y en medio de éste un cerro rocoso con un templete en lo alto. Dorina dijo que lo conocían por el laberinto, y a uno de los puentes le llamaban el puente Suspendido y al otro el de los Suicidas. Pagani contó que él había oído decir a un viejo que cuando la Commune, los versalleses bombardearon a los federales, que estaban refugiados en los alrededores de este lago desde los altos de Montmartre.


Pío Baroja

martes, 11 de febrero de 2020

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE

 


CHOCOLATADA COMUNISTA


«Como detalle anecdótico debo decir que enterados los «camaradas» comunistas de que había sido condenado a muerte, organizaron una «chocolatada» en la prisión de Porlier. Por lo visto ansiaban mi ejecución con el mismo ahínco que los franquistas del Tribunal militar. Afirmo sin jactancia alguna que la actitud de los comunistas no me produjo ni frío ni calor, gracias a lo cual dormí aquella noche profundamente. Dos días después de haber sido condenado a muerte, mi defensor preparó un pliego de descargos que firmé, dirigido al capitán general de Madrid, solicitando la conmutación de mi pena. No tenía esperanza alguna de obtenerla, pero había que apurar todas las posibilidades y hacer uso de todos los recursos a mi alcance para impedir que los «camaradas» comunistas preparasen una nueva «chocolatada» si yo pasaba ante el pelotón de ejecución.»


Cipriano Mera.

Guerra, exilio y cárcel de un anarcosindicalista.

Ediciones Ruedo Ibérico.


sábado, 8 de febrero de 2020

Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA








       MEMORY OF MY FATHER


Every old man I see
Reminds me of my father
When he had fallen in love with death
One time when sheaves were gathered.
That man I saw in Gardner Street
Stumble on the kerb was one,
He stared at me half-eyed,
I might have been his son.
And I remember the musician
Faltering over his fiddle
In Bayswater, London,
He too set me the riddle.
Every old man I see
In October-coloured weather
Seems to say to me:
"I was once your father".


                           Patrick Kavanagh

viernes, 7 de febrero de 2020

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE




SOBRE LOS CONTRATIEMPOS


«Aquí me detengo a contar la historia sobre la visita de Ernst Toller a Moscú, que escuché justamente aquel primer día. Toller sería recibido con todas las pompas. Toda la ciudad estaba llena de carteles que informaban su llegada. Tenía lista a su disposición una corte de asistentes, traductores, secretarios y mujeres hermosas; se anunciaban conferencias suyas. Sin embargo, el mismo día, también en Moscú, se celebra un congreso de la Komintern. Paul Frölich, archienemigo de Toller, se encuentra entre los delegados alemanes y escribe un artículo en el Pravda en el que afirma que Toller traicionó la Revolución y lo acusa de ser el culpable del fracaso en la constitución de una república soviética alemana. El Pravda agrega un editorial al final de la nota: «Lo sentimos mucho; no lo sabíamos». Después de esto, Toller pasa a ser persona no grata en Moscú. Al arribar al auditorio donde llevaría a cabo una de las tan publicitadas conferencias, se encuentra con el edificio cerrado y una nota del Instituto Kameneva: «Lo sentimos mucho, la sala no se encontraba disponible». Y al parecer el encargado de avisarle se olvidó de llamarlo.»


Walter Benjamin.
Diario de Moscú.
Ediciones Godot.

martes, 4 de febrero de 2020

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE



LOS AMIGOS MUERTOS


«Quizá nada hace sentir más el cariño y la gratitud que sentirse bajo el patronazgo de una amistad superior que, por su ascendiente sobre la sociedad, hace pasar vuestros defectos por cualidades, vuestras imperfecciones por encanto. Un hombre os protege por lo que él vale, una mujer por lo que vosotros valéis: he aquí por qué de estas dos formas de dominación una resulta tan odiosa, la otra tan dulce. Desde que perdí a esta persona tan generosa, de alma tan noble, de un espíritu que reunía algo de la fuerza del pensamiento de madame de Staël y la gracia del talento de madame de La Fayette, no he dejado de llorarla, de reprocharme las injusticias con que he podido afligir a veces a corazones que se habían consagrado a mí. ¡Hay que vigilar bien nuestro carácter! Pensemos que podemos, pese a sentir un cariño profundo, envenenar una vida que redimiríamos al precio de toda nuestra sangre. Cuando nuestros amigos hayan muerto, ¿cómo podremos reparar nuestros errores? Nuestros inútiles lamentos, nuestros vanos arrepentimientos, ¿son un remedio para las penas que les hemos causado? Hubieran preferido de nosotros una sonrisa en vida a todas nuestras lágrimas después de su muerte.»

François-René de Chateaubriand.
Memorias de ultratumba.
Acantilado

sábado, 1 de febrero de 2020

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE






CATEDRAL DE SAN BASILIO



«La muralla del Kremlin o Kreml se alza en el otro extremo con sus puertas abiertas en las torres de tejados puntiagudos y que permiten ver por encima de sus almenas las cúpulas, los campanarios y las agujas de las iglesias y conventos que encierra. En la otra esquina, extraña como la arquitectura de un sueño, se levanta quiméricamente la imposible catedral de San Basilio, Vasili-Blazhénoi, que hace que se dude de si los ojos son testigos fiables. Se la ve con todas las apariencias de la realidad, y uno se pregunta si no se trata de un espejismo, de un edificio hecho de nubes que el sol colorea y que el temblor del aire va a deformar o hacer que se desvanezca. Es, sin duda alguna, el monumento más original del mundo, no se parece a ninguno de los que hemos visto y no se relaciona con ningún estilo: se diría una gigantesca madrépora, una cristalización colosal, una gruta de estalactitas invertida. Pero no busquemos comparaciones para dar idea de algo que no tiene ni prototipo ni similar. »



Theophile Gautier. 

Viaje por Rusia.

Editorial Laertes.