“La
contraposición del «nosotros» y el «ellos», la lucha contra los ajenos al
grupo, parece ser un ingrediente esencial de todo credo que enlace sólidamente
a un grupo para la acción común. Por consecuencia, lo han empleado siempre aquellos
que buscan no sólo el apoyo para una política, sino la ciega confianza de
ingentes masas. Desde su punto de vista, tiene la gran ventaja de concederles
mayor libertad de acción que casi ningún programa positivo. El enemigo, sea
interior, como el «judío» o el «kulak», o exterior, parece ser una pieza
indispensable en el arsenal de un dirigente totalitario.”
Friedich
A. Hayek