GROUCHO: ¿Ha llegado el correo esta mañana?
MIS DIMPLE: Sí, hay una carta de la
empresa de máquinas de escribir. Dicen que no ha pagado todavía la máquina de
escribir.
GROUCHO: ¿Y por qué iba yo a pagar la máquina de
escribir? Usted es quien la usa.
MIS DIMPLE: Pero Mr. Flywheel, yo…
GROUCHO: No importa. Mande una carta a esos
miserables oportunistas. Veamos… Caballeros… Yo nunca pedí esa máquina de
escribir. (Pausa.) Si lo hice,
ustedes no la mandaron… Si la mandaron, yo no la recibí… Si la recibí, la pagué…
Y si no le hice, no lo haré. Con mis mejores deseos…
MIS DIMPLE: ¿Algo más, Mr. Flywheel?
GROUCHO: Sí… Amor y besos. Pero no se los
mande. Son para usted… Y, ahora… una carta a la Peerless Building
Supply Company. (Pomposamente.) Caballeros,
no aceptaré ni un centavo menos de cincuenta dólares por la instalación eléctrica
de mi oficina. En caso de no tener noticias suyas, daré por hecho que no desean
pagar más de doce dólares… Por tanto, y a fin de no perder más el tiempo,
aceptaré los doce dólares.
MIS DIMPLE: ¡Pero Mr. Flywheel! ¡No puede puede
usted vender la instalación de eléctrica! ¡Es propiedad del casero!
GROUCHO: Bueno, debería estar contento. Vendo
su instalación eléctrica para poder pagarle su alquiler… Oiga, dígale a Ravelli
que empaquete la araña del techo.
MIS DIMPLE:¿A Mr.
Ravelli? No ha llegado todavía.
GROUCHO: Bueno, pues cuando venga, será mejor
que le diga que se haga otro seguro de incendio. Le voy a bajar los humos
Groucho Marx.