LA CAÍDA DE LOS TEPANECAS
“Oydo esto, Ytzcoatl dixo: "Sea mucho de norabuena.
Mandá a mis hermanos los mexicanos que se adereçen y aperçiban para este
efecto, pues estamos ya en este término que nos emos de bender los unos y los
otros en esta guerra. Hazé llamamiento a todos los prençipales mexicanos".
Aperçibidos a guisa de guerreros, llegan al lugar de la guardia en
Xoconochnopalyacac, y por caudillo dellos al do Tlacaelel, y trando en medio de
los tepanecas, lo más fuerte de ellos, con grande bozería y alboroto, que solos
los prençipales mexicanos y Tlacaelel con ellos, solos traron en campo con los
enemigos tepanecas, que los demás mexicanos no abían trado con ellos, que
estauan mirando lo que paraua. Y biendo que yban de huida a más andar los
tepanecas, llegauan ya haldas de los montes, llegaron los otros mexicanos dando
ánimo a los mayores y prençipales, diziéndoles: "Ea, balerosos mexicanos,
que ya no ay memoria de tepanecas ni serranos, sus aliados, ni ay ya pueblo de
Azcapuçalco, que todo es ya uro. Ya abéis terado buestro alto balor y señorío.
¿Qué podemos agora dezir?" Y así, boluieron a baxar los tepanecas y con
boz humilde y baxa se ofresçieron a la suxeçión y dominio mexicano y ser
basallos y serbilles como a señores, y ellos basallos, y harían todo lo esclauo
le fuese mandado, pues en justa guerra quedaron bençidos y suxetos de ellos.
Hernando Alvarado Tezozómoc.
Crónica Mexicana.
Crónica Mexicana.