«La escuela me había ido ganando lentamente. Ahora no la hubiera cambiado
por la mejor diversión. Ni faltaba nunca a clase. Uno de los maestros nos puso
expeditos en sumas, restas, multiplicaciones, consumadas en grupo en voz alta,
gritando el resultado el primero que lo obtenía. En la misma forma nos
ejercitaba en el deletreo o spelling, que constituye disciplina aparte en la
lengua inglesa. Periódicamente se celebraban concursos. Gané uno de nombres
geográficos, pero con cierto dolo. Mis colegas norteamericanos fallaban a la
hora de deletrear Tenochtitlán y Popocatépetl. Y como protestaran, expuse:
—¿Creen que Washington no me cuesta a mí trabajo?»
José Vasconcelos.