LA MARCHA FUNEBRE
Unos días antes de su ascensión al poder, el Partido Comunista
organizó una manifestación en Budapest durante la cual murieron algunos de sus
miembros. Como prueba de su poder, el partido preparó un multitudinario cortejo
fúnebre. Unos cincuenta mil obreros del cinturón de fábricas que rodeaba
Budapest siguieron el ataúd, adornado con coronas verdes y cintas rojas.
Marchaban lentamente, con disciplina y dignidad. Hungría era un país que surgía
de un estado casi feudal; los ciudadanos de Budapest no habían visto nunca esa
multitud de robustos proletarios que desfilaba por sus elegantes calles
comerciales; probablemente, muchos de ellos no habían visto a un obrero de
fábrica en su vida. La Marcha fúnebre de Chopin, repetida sin cesar por la
banda de los obreros ferroviarios mientras la procesión atravesaba lentamente
la ciudad, era para aquellos burgueses el toque fúnebre de toda una época.
Arthur
Koestler.
Memorias.