«—¿Y Marlene? —le
pregunté.
—Aún no está decidida.
Los directivos de la UFA son tan necios que todavía no creen en el éxito de mi
película y tampoco en el de ella; ni siquiera se han aprovechado de la opción
que tenían en favor de la Dietrich.
Le conté a Von
Sternberg que ya me había sucedido algo parecido con Greta Garbo. Cuando en
1925 fui a ver en Berlín la película Bajo
la máscara del placer con Asta Nielsen, Werner Krauss y Greta Garbo, quedé
tan fascinada por esta mujer, que llevé al cine a Fanck y a Sokal para que la
vieran. Estaba entusiasmada con su exquisita belleza y convencida de que
llegaría a ser famosa en todo el mundo, pero ni Fanck ni Sokal le vieron nada
especial. »
Leni Riefenstahl.