AMAUTAS Y HARÁUECES
«No les faltó habilidad a los
amautas, que eran los filósofos, para componer comedias y tragedias, que en
días y fiestas solemnes representaban delante de sus Reyes y de los señores que
asistían en la corte. Los representantes no eran viles, sino Incas y gente
noble, hijos de curacas y los mismos curacas y capitanes, hasta maeses de
campo, porque los autos de las tragedias se representaban al propio, cuyos
argumentos siempre eran de hechos militares, de triunfos y victorias, de las
hazañas y grandezas de los Reyes pasados y de otros heroicos varones. Los
argumentos de las comedias eran de agricultura, de hacienda, de cosas caseras y familiares. Los
representantes, luego que se acababa la comedia, se sentaban en sus lugares
conforme a su calidad y oficios. No hacían entremeses deshonestos, viles y
bajos: todo era de cosas graves y honestas, con sentencias y donaires
permitidos en tal lugar. A los que se aventajaban en la gracia del representar les daban joyas y favores de
mucha estima.
De la poesía alcanzaron otra poca,
porque supieron hacer versos cortos y largos, con medida de sílabas: en ellos ponían
sus cantares amorosos con tonadas diferentes, como se ha dicho. También componían
en verso las hazañas de sus Reyes y de otros famosos Incas y curacas principales,
y los enseñaban a sus descendientes por tradición, para que se acordasen de los
buenos hechos de sus pasados y los imitasen. Los versos eran pocos, porque la
memoria los guardase; empero muy compendiosos, como cifras. No usaron de
consonante en los versos; todos eran
sueltos. Por la mayor parte semejaban a la natural compostura española
que llaman redondillas. Una canción amorosa compuesta en cuatro versos me
ofrece la memoria; por ellos se verá el artificio de la compostura y la
significación abreviada, compendiosa, de lo que en su rusticidad querían decir.
Los versos amorosos hacían cortos,
porque fuesen más fáciles de tañer en la
flauta. Holgara poner también la tonada en puntos de canto de órgano, para que
se viera lo uno y lo otro, mas la impertinencia me excusa del trabajo.
La canción es la que se sigue y su
traducción en castellano:
Caylla llapi Al cántico
Puñunqui quiere decir Dormirás
Chaupituta Media noche
Samúsac Yo
vendré
Y más propiamente dijera: veniré, sin
el pronombre yo, haciendo tres silabas del verbo, como las hace el indio, que
no nombra la persona, sino que la incluye en el verbo, por la medida del verso.
Otras muchas maneras de versos alcanzaron los Incas poetas, a los cuales
llamaban haráuec, que en propia significación quiere decir inventador.»
Inca Garcilaso de la Vega.
Comentarios Reales.