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sábado, 19 de octubre de 2013

ALLÁ EN LAS INDIAS





LA DESTRUCCIÓN DE LOS TUKUCHÉES


       102. Al apuntar en el horizonte el día 11 Ah (18 de mayo de 1494) irrumpieron los tukuchées desde el otro lado de la ciudad. Al instante se oyó el sonido de las flautas y el toque de los tambores del rey Cay Hunahpú, quien estaba revestido de sus armas de guerra, cubierto de plumas resplandecientes y guirnaldas tornasoladas, con coronas de metal y pedrería. Cuando irrumpieron desde el otro lado del río infundieron terror. No era posible contar a los tukuchées; no eran ocho mil, no eran dieciséis mil.
       Luego comenzó el ataque a la ciudad en el extremo del puente, lugar que había escogido Chucuybatzín para la guerra y para llevar a los tukuchées a la revuelta. Cuatro mujeres se habían armado de cotas de algodón y de arcos, disfrazándose para la guerra como cuatro jóvenes guerreros. Las flechas lanzadas por estas combatientes penetraron en la estera de Chucuybatzín. Fue espantosa la gran revolución que hicieron los Señores antiguamente.
       Después de la lucha llevaron a enseñar los cuerpos de las mujeres al cuartel de los zotziles y los xahiles, de donde procedían. De ahí salió una división que apareció en el camino real junto al foso profundo, y ella sola dispersó a los guerreros de Tibaqoy y Raxacán a lo largo del camino. Sólo dos (hombres) cayeron cuando los pusieron en fuga. Y el que había ido al otro lado de la ciudad a lanzar la revolución y la matanza y había sido hecho pedazos era el Ahpop Achí Zinahitoh, Señor de Xechipekén.
        103. En seguida hicieron pedazos a los tukuchées. Pronto fueron derrotados; ya no peleaban y se echaron a huir. Los soldados fueron aniquilados, y dieron muerte a las mujeres y a los niños. Murió el rey Cay Hunahpú, murieron los jefes Tzirín Iyú y Toxqom Noh y todos los padres e hijos de los Señores. Los de Tibaqoy y de Raxacán se fueron en seguida al Quiché; otra parte se fue al territorio zutujil, se confundieron entre sus vasallos y se dispersaron.
       Así fue antiguamente la destrucción de los tukuchées ¡oh hijos míos! La llevaron a cabo nuestros abuelos Oxlahuh Tzíi y Cablahuh Tihax. El día 11 Ah fue la dispersión de los tukuchées.


Francisco Hernández Arana Xajilá. Memorial de Tecpán Atitlán.