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miércoles, 4 de abril de 2012

OTRA BALSA EN EL AQUERONTE



EL ARTE DE LA INTERPRETACION: MEYERHOLD



Lo detuvieron al cabo de unos días. El expediente Meyerhold contiene esta carta que escribió a Mólotov en la cárcel:

Los investigadores empezaron a emplear la fuerza conmigo, un enfermo de sesenta y cinco años. Me tendieron boca abajo y me golpearon en la planta de los pies y en la espalda con una correa de goma […] Unos días después, cuando tenía las piernas plagadas de hemorragias internas, volvieron a golpearme con la correa encima de las moraduras, y el dolor era tan fuerte como si he hubieran derramado agua hirviendo en las zonas sensibilizadas. Aullaba y lloraba de dolor […] no podía dejar de llorar. Con la cara contra el suelo averigüé que podía sacudirme, retorcerme y gemir como un perro cuando el amo lo castiga […] Cuando caía en el jergón y me dormía, después de un interrogatorio de dieciocho horas, para sufrir otro a continuación tras una hora de sueño, me despertaban mis propios quejidos, y porque sufría convulsiones, como enfermo de tifus en las últimas etapas de la enfermedad.

Cuando es eso lo que nos despierta, sabemos que nos han politizado el sueño. El interrogador, añadía, le orinaba en la boca. Meyerhold escribió esta carta el 13 de enero de 1940, después de confesar todo lo que quisieron que confesase (que espiaba para los británicos y para los japoneses, entre otras cosas). Stalin necesitaba confesiones; siguió de cerca el desarrollo de algunos interrogatorios (que duraban meses e incluso años) y no dormía tranquilo hasta que obtenía una. Así pues, también su sueño estaba politizado.
        Unos días después de la detención de Meyerhold, su mujer la joven actriz Zinaida Raij, apareció muerta en su casa. Le habían asestado diecisiete cuchilladas. Los vecinos habían oído los gritos: pensaron que estaba ensayando.
        […]
        Meyerhold fue fusilado el 2 de febrero de 1940.



Martin Amis. Koba el Temible. Anagrama