REALPOLITIK
«En la guerra de
España, Moscú jugó a que ganara Moscú. Nada más y nada menos. La causa de
nuestro pueblo era para ellos como un simple peón en el tablero de sus
cálculos. Si hubiera podido ganar la partida haciéndonos triunfar a nosotros a
la vez, no hubiera titubeado en darnos el triunfo. Mas como viera que los
tahúres rivales amenazaban con hacer saltar la banca, decidió utilizarnos como
moneda de cambio en su partida internacional, a fin de poner a salvo su propia
bolsa en peligro. Ni odio ni cariño hacia el pueblo español, ni
sentimentalismo, ni principios, ni escrúpulos. Para Stalin todo eso no son más
que palabras sin significado ni contenido de ninguna clase. En nuestra guerra
juegan sólo las apetencias expansionistas, la conveniencia nacional,
chauvinista, de quienes ya en aquella época comenzaban a desempolvar las
apolilladas casacas de Iván el Terrible y de Pedro el Grande. Eso fue todo. La tragedia
fue para cuantos cegados por la fe, o corroídos por las dudas, pero siempre
disciplinados y obedientes, fuimos instrumentos dóciles de la política de
Moscú, a la que en nuestra ceguera llegamos a sacrificar sagrados deberes que
como españoles nos incumbían. »
Jesús
Hernández.
Yo
fui un ministro de Stalin.
Gregorio del Toro.