EN EL COCHE RESTAURANTE
Mi comida costaba
cuarenta y cinco francos, que calculé eran unos diez dólares. Me quedé
horrorizado, pero tuve mi pequeña venganza. Al volver a mi compartimiento, me
di cuenta de que había dejado mi periódico encima de la mesa del coche
restaurante. Volví por él, pero en el momento en que le ponía la mano encima,
me dijo el camarero:
--Qu´est-ce que
vous faîtes?
--Es mi periódico –dije.
--C´est votre place, cela?
--Naturalmente.
--Eh bien alors, qu´es-ce que vous avez
mangé?
Parecía disfrutar con la sutileza de su
examen.
Yo dije:
--Pescado quemado. Una porción diminuta
de rosbif. Courgettes quemadas y
empapadas, patatas frías, pan rancio y por esto me han cobrado cuarenta y cinco
francos, lo repito, cuaranta y cinco…
Me dejó que me quedase con el periódico.
Paul Theroux.
El Gran Bazar del
Ferrocarril.
Plaza & Janes.