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viernes, 1 de abril de 2011

ALLÁ EN LAS INDIAS






SOBRE COCOS Y COCOTEROS


        “Los cocos son el fruto de una especie de palma, de que sacan su pan, su vino, su aceite y su vinagre. Para procurarse el vino, hacen en la cúspide de la palma una incisión que penetra hasta la médula, por donde sale gota a gota un licor que se asemeja al mosto blanco, pero que es un tanto agrio. Recogen este licor en los tubos de una caña del grueso de una pierna, que se ata en el árbol y que se tiene cuidado de vaciar dos veces al día, mañana y tarde.
        El fruto de esta palmera es del tamaño de la cabeza de un hombre y aun algunas veces más grande; su corteza primera, que es verde, tiene dos dedos de espesor y está compuesta de filamentos de que se sirven para hacer las cuerdas que usan para sus embarcaciones. Encuéntrase, en seguida, una segunda corteza más dura y más consistente que la de la nuez, de la cual, quemándola, sacan un cierto polvo que utilizan. Hay en el interior una médula blanca, del espesor de un dedo, que se  come a guisa de pan, con la carne y el pescado. En  el centro de la nuez y en medio de esta médula existe un licor transparente, dulce y fortificante, y si después de haber vaciado este licor en un vaso, se le deja reposar, toma la consistencia de una manzana. Para procurarse el aceite se toma la nuez, dejando fermentar la médula con el licor, y haciéndolo hervir en seguida resulta un aceite
espeso como mantequilla.
        Para obtener el vinagre, se deja en reposo el líquido solo, el cual, estando expuesto al sol, se pone ácido y parecido al vinagre que se hace del vino blanco. Nosotros fabricábamos también un licor que se asemejaba a la leche de cabra, raspando la médula, remojándola en el mismo líquido y colándola en seguida. Los cocoteros se parecen a las palmeras que dan los dátiles, aunque sus troncos, sin poseer tan gran número de nudos, no son tampoco bien lisos.
        Una familia de diez personas puede mantenerse de dos cocoteros, practicando alternativamente cada semana las incisiones en el uno y dejando reposar al otro, a fin de que una sangría permanente del líquido no les haga perecer. Se nos ha dicho que un cocotero vive un siglo entero.”


Antonio Pigafetta. Primer viaje alrededor del globo. Fundación Civiliter.