«A veces se me ocurre visitar a algún viejo amigo, pero esas visitas sin aviso previo no suelen ser del agrado de las esposas ni de las familias de mis amigos. Hay excepciones, naturalmente, pero a las mujeres sólidamente establecidas no les suelen gustar las apariciones sin justificar, sin que haya un negocio que tratar o una desgracia de familia. Dar de comer sin ton ni son a un tipo que viaja a pie, prácticamente desconocido, es, por otra parte, absurdo.»
Josep Pla.