Anacreóntica
Colgué en sus labios el
asombro.
Como un tigre violeta le
sangraban los ojos.
Ahorré la luz debajo de
su pelo.
Sol. Tertulias de sombra
en sus pestañas
Rumoreaban como uvas de
un lagar.
Reconstruí de súbito la
fiebre,
Y el acoso flameaba
entre sus medias.
Pequeña de los años
–diecisiete-
Me despeñé desde su
cuello
Cuando debajo del
corpiño
Dos frágiles navíos
Se le iban a pique
Juan Bañuelos.