EL SUR Y EL DESTINO
«Después de haber servido a V. M.,
como era obligado, en Italia en el adquerir el estado de Milán y prisión del
Rey de Francia, en tiempo del Próspero Colona y del Marqués de Pescara, vine a
estas partes de Indias año de quinientos treinta y cinco. Habiendo trabajado en
el descubrimiento y conquista de Venezuela, en prosecución de mi deseo, pasé al
Perú, año de quinientos treinta y seis, do serví en la pacificación de aquellas
provincias a V. M., con provisión de maestre de campo general del Marqués
Pizarro, de buena memoria, hasta que quedaron pacíficas, así de la alteración
de los cristianos como de la rebelión de los indios. El Marqués, como tan
celoso del servicio de V. M., conosciendo mi buena inclinación en él, me dio
puerta para ello, y con una cédula y merced que de V. M. tenía, dada en Monzón,
año de quinientos treinta y siete, refrendada del secretario Francisco de los
Cobos, del Consejo Secreto de V. M., para enviar a conquistar y poblar la
gobernación del Nuevo Toledo, y provincia de Chili, por haber sido desamparada
de don Diego de Almagro que a ella vino a este efecto, nombrándome a que la cumpliese
e toviese en gobierno e las demás que descobriese, conquistase e poblase, hasta
que fuese la voluntad de V. M. Obedescí, volviendo el ánimo, por trabajar en
perpetuarle una tierra como ésta, aunque era jornada tan mal infamada, por
haber dado la vuelta della Almagro, desamparándola con tanta e tan buena gente
como trajo. Y dejé en el Perú tan bien de comer como lo tenía el Marqués, que
era el valle de la Canela en los Charcas, que se dio a tres conquistadores, que
fueron Diego Centeno, Lope de Mendoza y Bobadilla, y una mina de plata, que ha
valido después acá más de doscientos mill castellanos, sin haber un solo
interese por ello, ni el Marqués me lo dio para ayuda a la jornada.»
Pedro de Valdivia.
Carta que trata del descubrimiento y conquista de Chile.