«Los que inventaron que es bueno levantarse temprano son los que
determinaron que los turnos de trabajo cambien rayando el sol, que los
fusilamientos se lleven a cabo al amanecer, que se reparta la leche al alba,
que no se permita la entrada de carga después de las siete de la mañana,
etcétera. En resumen son los únicos responsables de que la ciudad empiece a
funcionar a una hora de la que nada bueno puede esperarse.»
Jorge Ibargüengoitia.