NO
SOMOS LAS PRIMERAS
«Por último —esto
quizá sea lo que más interese a los espíritus aficionados a lo peliculesco— se
me dió la confidencia de que en cierta tertulia de señoras dadas a las «drogas»
y otros raros placeres, en la cual, para evitar la monotonía del sensualismo,
se celebraban extravagantes sesiones de espiritismo, alternadas con otras de
sugestiva ruleta, se estaba tratando de recaudar fondos entre los concurrentes
con el fin de organizar una banda de hombres de acción —léase «pistoleros»— que
asaltasen la cárcel de Madrid y pusieran en Libertad a los detenidos políticos,
a cambio de obtener de ellos la promesa previa y solemne de que, si la
República llegaba a triunfar, se legislaría: primero, otorgando el voto a las
mujeres; segundo, concediendo el derecho al divorcio; tercero, determinando la
investigación de la paternidad; cuarto, prohibiendo la vida en comunidad de los
individuos pertenecientes a las Órdenes religiosas; quinto, reglamentando el
juego, y finalmente, declarando libre el comercio de estupefacientes, pues,
según ellas sostenían, tanto el hombre como la mujer eran dueños de hacer de su
capa un sayo al llegar a la mayoría de edad.»
Emilio
Mola.
Obras
completas.
Librería
Santarén.