Cuando se viene a Madrid
Mi lista de blogs
jueves, 30 de junio de 2022
OBITER DICTUM
Cuando se viene a Madrid
martes, 28 de junio de 2022
lunes, 27 de junio de 2022
OBITER DICTUM
«Todos están muertos; pero no me pondré a llorar, aunque las lágrimas, según dice Juvenal, representan la parte más hermosa de nuestros sentidos. Lacrimae nostri pars óptima sensus, si no recuerdo mal lo aprendido en la escuela. No serán unas memorias lo que escribiré. En mi casa no hay ni un solo trocito de papel con apuntes o datos. Además, me falta paciencia para esa clase de escritura. No tengo más que recuerdos.»
Jaroslav Seifert.
domingo, 26 de junio de 2022
Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA
TRISTÍSSIMA NOX
sábado, 25 de junio de 2022
OTRA BALSA EN EL AQUERONTE
LAS FOTOS Y EL VINO
«Alquilé una habitación en la posada y me quedé unos días. La molestia valió la pena, pues pronto comprobé que las miradas ya no eran tan esquivas. Cuando al domingo siguiente, después de salir de la iglesia, algunos campesinos se hallaban en la posada bebiendo vino, me acerqué y les mostré las fotos que les había tomado. Primero no ocurrió nada; luego uno de ellos cogió una de las fotos, la contempló y empezó a reír. De pronto todos miraban las fotografías y se iniciaba un animado y confuso parloteo. Pedí unas jarras de vino tinto y el hielo pareció romperse. Las fotos y el vino hicieron milagros. Yo tenía pánico al pensar en las difíciles escenas previstas en el guión; por ejemplo, una persecución en las callejuelas de la aldea, una fiesta bulliciosa y determinadas escenas dramáticas. También me preocupaba que los campesinos no tuvieran tiempo libre, pues estarían ocupados con el heno y la cosecha hasta septiembre. Pero por fin el ambiente se había distendido. Me prometieron que harían un hueco cuando yo regresara en otoño.»
Leni Riefenstahl.
Memorias.
Editorial Lumen.
viernes, 24 de junio de 2022
jueves, 23 de junio de 2022
OBITER DICTUM
«Si alguno de vosotros está desalentado porque no disponemos de caballería y los enemigos la tienen numerosa, considerad que diez mil jinetes no son nada más que diez mil hombres: nadie murió jamás en una batalla a consecuencia de los mordiscos o de las coces de un caballo; son los hombres quienes deciden la suerte de las batallas. ¿Y puede negarse que nosotros marchamos sobre un vehículo mucho más seguro que los jinetes? Ellos van suspendidos sobre sus caballos, temerosos no sólo de nuestros ataques, sino también de caerse. Nosotros, en cambio, que marchamos por tierra, golpearemos con mucha más fuerza si alguno se acerca, daremos con más facilidad en el blanco que queremos. Sólo en una cosa nos llevan ventaja los jinetes: pueden huir con más seguridad que nosotros»
Jenofonte.
miércoles, 22 de junio de 2022
ALLÁ EN LAS INDIAS
UN TANTITO ENCALABRIADOS
lunes, 20 de junio de 2022
domingo, 19 de junio de 2022
OBITER DICTUM
«Todo prisionero sorprendido desvalijando un cadáver alemán, era pasado inmediatamente por las armas. Ningún pelotón reglamentario se formaba, por lo demás, a este efecto. A bulto, un oficial tumbaba al delincuente de dos o tres tiros de pistola o, a veces, como tuve ocasión de comprobar durante aquella época, se entregaba el prisionero a dos o tres desalmados a los que este cometido era encargado regularmente. Aquellos malvados ataron una vez, ante mis ojos escandalizados, las manos de tres prisioneros a la verja de un portal. Después, una vez inmovilizadas sus víctimas, metieron una granada en uno de los bolsillos de sus capotes, o bien en un ojal, que forzaron con el mango del artefacto. El tiempo de quitar el seguro, y los miserables corrieron a ponerse a salvo, mientras la explosión despanzurraba a los ruskis que, hasta el último momento, imploraban perdón aullando desesperadamente.»
Guy Sajer.
sábado, 18 de junio de 2022
Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA
jueves, 16 de junio de 2022
martes, 14 de junio de 2022
OTRA BALSA EN EL AQUERONTE
CAMARADAS
domingo, 12 de junio de 2022
Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA
sábado, 11 de junio de 2022
viernes, 10 de junio de 2022
jueves, 9 de junio de 2022
OTRA BALSA EN EL AQUERONTE
LOS ROJOS DE ROJO Y DIOS
«El doctor (Gobierno), al despedirse del paciente, le había recetado simplemente unos paliativos sin trascendencia curativa alguna, dejándolo en manos de Dios para que la fe y la naturaleza hiciesen lo que la ciencia rectora de la política no había sabido o podido hacer. Y fueron esa fe, a través de la moral de guerra, y esa obra de la naturaleza, a través de la voluntad (savia inextinguible en el hombre español, en sus horas difíciles), las que produjeron una exaltación de la moral, a la que contribuyeron poderosamente los dirigentes políticos, viejos y jóvenes, que voluntariamente se quedaron en Madrid conservando sin desmoralizar el espíritu de sacrificio, luchando hasta el fin, y gracias a él, y sus arengas habladas o escritas en la prensa y radio, mantuvieron encendida la pasión de lucha. Todo eso provocó la revulsión necesaria devolviendo al enfermo una vitalidad inusitada, en la que se ponía de relieve que la combatividad del hombre que se batía defendiendo ideales, bien o mal comprendidos, pero ideales al fin, no se había extinguido todavía.»
Vicente Rojo.
Así fue la defensa de Madrid.
Ediciones Era.
miércoles, 8 de junio de 2022
martes, 7 de junio de 2022
Y EL ÓBOLO BAJO LA LENGUA
DOS DE NOVIEMBRE
lunes, 6 de junio de 2022
sábado, 4 de junio de 2022
OTRA BALSA EN EL AQUERONTE
SOBRE EL TEMOR
viernes, 3 de junio de 2022
OTRA BALSA EN EL AQUERONTE
EN LA FÁBRICA OCTUBRE ROJO
«Cuando las cosas se calmaban en tu sector, podía parecer que el enemigo se había retirado de todos los frentes. Pero la realidad era que Stalingrado era bombardeada de forma constante, día sí, día no. A un ataque seguía un contraataque; explosiones aisladas crecían hasta convertirse en incendios generalizados: en las proximidades de la fábrica Octubre Rojo, alrededor de la Barricadi, en el centro de la ciudad. Con todo, acostumbrados como estábamos al constante estrépito del combate, no prestábamos atención más que a las escaramuzas que tenían lugar en puntos cercanos, en las laderas de la colina Mamáiev, o las que se producían entre nuestros vecinos a derecha e izquierda.»
Vasili Záitsev.
Memorias de un francotirador en Stalingrado.
Editorial Crítica.